Conoce los usos y beneficios del hueso del aguacate

El aguacate es de esos deliciosos frutos que a la gran mayoría de las personas nos encanta.

Si bien el aguacate aporta nutrientes como vitamina K, ácido fólico, vitamina C, potasio y vitamina B, también contribuye con proteínas, grasas saludables y fibra, pero, ¿qué haces con el hueso de aguacate, sabías que también se utiliza?

¡Te contamos sus usos porque tal vez has estado tirando una parte muy importante del aguacate!

La semilla o hueso de aguacate es un ingrediente muy utilizado para remedios caseros, ya sea para belleza o medicinales, de hecho recientes estudios respaldan su uso.

De acuerdo a una publicación de American Chemical Society, “la cáscara de las semillas de aguacate podría ser la gema de las gemas porque los compuestos medicinales, las cuales podrían usarse para tratar el cáncer y enfermedades cardíacas”, mencionó Debasish Bandyopadhyay, investigadora.

Se molieron 300 cáscaras secas de semillas de aguacate y se obtuvieron 116 compuestos entre los que se encuentran: alcohol behenílico o conocido como doconasol) el cual es un ingrediente que se utiliza en los medicamentos antivirales; heptacosano, el cual inhibe el crecimiento de células tumorales; ácido dodecanoico, aumenta la lipoproteína de alta densidad (HDL) o colesterol bueno.

Si te preguntabas, para qué sirve el hueso de aguacate, ¡estos son los principales beneficios!

Antioxidante, para prevenir el envejecimiento y protegernos de los daños por radicales libres.

Previene enfermedades cardiovasculares, esto se debe principalmente a su contenido en aminoácidos, pues el 70% de aminoácidos del aguacate está en el hueso, reduciendo así niveles de colesterol y triglicéridos.

Ayuda a bajar de peso, el hueso de aguacate contiene fibra soluble, la cual ayuda en la digestión y tránsito intestinal, además de brindarnos saciedad.

Fortalece el sistema inmune, esto gracias a los fenólicos que se utilizan en diversos tratamientos por infección viral y alergias. Aumenta los anticuerpos y fortalece nuestro sistema inmunitario

DC | El Mercurio