El ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, y su homológo chileno, Roberto Ampuero, condenaron este miércoles la situación que se vive en Venezuela y Nicaragua conminando a los Gobiernos de ambos países a poner fin a las olas de violencia y a iniciar vías de diálogo que allanen el camino hacia la paz. “Nicaragua y Venezuela son dos naciones que viven una tragedia”, lamentó Ampuero tras reunirse en Berlín con su par germano.
“Le pedimos al Gobierno (nicaragüense) de Daniel Ortega que dialogue, que pare la represión y también que controle a los paramilitares”, agregó el político chileno en relación con la crisis que desde hace tres meses estremece a Nicaragua, la más grave en el país desde la caída del dictador Anastasio Somoza en 1979.
“En Nicaragua saludamos el papel de intermediario que está llevando a cabo la Iglesia y solo podemos pedir que se consideren todas las posibilidades para lograr un diálogo y que paren las armas”, declaró por su parte el jefe de la diplomacia germana.
Las palabras de ambos ministros se producen en un momento en el que el Gobierno del presidente Daniel Ortega, lejos de retomar las negociaciones, desarrolla una ofensiva armada sostenida, en la que policías y paramilitares mantienen un estado de sitio no decretado y han logrado disolver con violencia la mayoría de los “tranques” (retenes) de manifestantes en las carreteras del interior.
En relación con Venezuela, los Gobiernos de Angela Merkel y de Sebastián Piñera coincidieron en definir la situación que se vive en el país como “una crisis humanitaria” y llamaron al régimen de Nicolás Maduro a buscar una solución dialogada con el resto de partidos políticos.
“Le pedimos al Gobierno de Venezuela que dialogue con la oposición para llevar a cabo elecciones transparentes y democráticas y también que permita el acceso de la ayuda humanitaria en la frontera”, dijo Roberto Ampuero desde la capital alemana. “Venezuela no puede seguir así, es una cuestión humanitaria lo que allí está pasando”, manifestó el ministro alemán Maas, respaldando las palabras pronunciadas por su interlocutor minutos antes.
DC/El Nacional