El colaborador en seguridad del presidente Emmanuel Macron, Alexandre Benalla, despedido por golpear a manifestantes y usurpar funciones policiales el 1 de mayo, fue inculpado judicialmente este domingo, agravando una crisis política.
La justicia anunció que inculpó por el cargo de «violencia en reunión» a Benalla y a Vincent Crase, empleado del partido presidencial LREM, y ambos reservistas de la gendarmería.
También fueron citados ante un juez de instrucción tres policías, sospechosos de haber entregado a Benalla imágenes de cámaras de seguridad, y que fueron acusados del delito de «desvío de imágenes de un sistema de video protección» y de «violación de secreto profesional»,
Los cinco inculpados fueron colocados bajo control judicial.
Los incidentes ocurrieron el 1 de mayo durante las manifestaciones por el Dia de los Trabajadores en París, cuando Benalla y Crase, que acompañaban como «observadores» a la policía, fueron filmados cuando golpeaban y zarandeaban a manifestantes.
El hecho llevará el lunes al ministro del Interior, Gérard Collomb, ante una comisión de la Asamblea Nacional para explicar el caso.
La mujer y el hombre agredidos durante esas manifestaciones pidieron ser interrogados posteriormente por los investigadores que llevan el caso.
Desde principios de la semana pasada cada día surgen nuevas revelaciones sobre los privilegios con los que contaba Benalla, que a sus 26 años era adjunto del jefe de gabinete de la presidencia y se ocupaba de tareas de seguridad, con una oficina en el Palacio del Elíseo y credencial para acceder a la sede de la Asamblea Nacional (Parlamento).
Mientras tanto, el presidente Macron sigue sin romper su silencio, enfrentado a la crisis política más grave desde su elección en mayo de 2017.
Según el semanario Le Journal du Dimanche, Emmanuel Macron habló por teléfono con Benalla -que fue despedido el viernes-, después de la revelación de este caso hecha por el diario Le Monde.
El portavoz de la presidencia, Bruno Roger-Petit, afirmó el jueves que después del 1 de mayo Benalla fue «separado de sus funciones en materia de organización de seguridad de los desplazamientos del presidente». El mismo, no obstante, aparece en varias imágenes recientes acompañando a Macron o a la pareja presidencial, especialmente el 13 de julio en la localidad de Giverny, en Normandía, noroeste de Francia.
«Emmanuel Macron deberá rendir cuentas a los franceses», dijo Laurent Wauquiez, líder del partido opositor de derecha Los Republicanos, mientras que el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, consideró que el caso estaba «al nivel del Watergate».
– «Caso Macron-Benalla» –
Según el portavoz del partido en el poder La République en Marche (LREM), Gabriel Attal, si el presidente se pronunciaba «sobre este caso, iba a encontrar en todas partes comentaristas indignados por el peso potencial de sus palabras en las investigaciones que están en curso».
«Dirían que (sus palabras) interfieren», consideró también Marc Fesneau, jefe de los diputados centristas MoDem (aliado de LREM), en declaraciones el domingo a France Info.
El primero en dar explicaciones será el ministro del Interior Collomb, esperado el lunes en la mañana ante la comisión de Leyes de la Asamblea.
Según el diario Le Parisien, el sábado hubo un almuerzo para discutir la crisis con Emmanuel Macron en el palacio presidencial del Elíseo, que reunió a Collomb y a la ministra de Justicia, Nicole Belloubet.
Desde el jueves, el Parlamento fue escenario de una pulseada sobre este caso que el jefe de Los Republicanos Christian Jacob ya bautizó como «el caso Macron-Benalla».
Este domingo, el gobierno decidió suspender la revisión constitucional actualmente en curso, para ulteriormente «retomarla en condiciones más serenas».
En un clima de tensiones gran parte de la oposición exige explicaciones del más alto nivel del Gobierno y reclaman la comparecencia del primer ministro Édouard Philippe o «al menos» del secretario de Estado de Relaciones con el arlamento, Christophe Castaner.
«Si Macron no da explicaciones, el caso Benalla se convertirá en el caso Macron», escribió por su parte en Twitter Marine Le Pen, la presidenta del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional.
DC / AFP