Esta imagen, que causa ternura y asombro a partes iguales, fue tomada por el fotógrafo de la naturaleza Brent Cizek en un lago de Minnesota, y muestra a una mamá pato cuidando de nada menos que 76 patitos. ¿Cómo puede ser posible algo así? Los especialistas explican que la mayoría de ellos no son hijos suyos. Y podría ser que no lo fuera ninguno.
Tal y como explican, una pata solo puede poner alrededor de una docena de huevos, aunque tiene la capacidad de incubar hasta una media de veinte. Los estudiosos de la naturaleza han observado que, en ocasiones, algunas hembras dejan parte de sus huevos en algún nido ajeno. Se trataría de una estrategia para garantizar que algunos miembros de su camada sobrevivan, aunque a ellas y a sus nidos les suceda algo.
Pero esa explicación solo serviría para justificar la presencia de unos veinte patitos. ¿De dónde salen entonces los otros cincuenta? La respuesta es que, en ocasiones, se ha observado como algunas poblaciones de patos juntan a las crías de nidos distintos para formar lo que denominan una creché (guardería en francés). Y dejan al cuidado de la misma a una hembra de más edad. Es decir, a una especie de abuela que hace las veces de babysitter. Y eso es lo que podría suceder en este caso.
Con todo, los expertos dicen que no es frecuente ver crechés como esta, formadas por más de cincuenta patitos.
DC | Quo.es