(PORQUE NO HAY NADA QUE HACER EL PAÍS YA NO EXISTE)
La honestidad, es un regalo muy costoso, para esperarlo de gente muy barata. Confucio dejó dicho, que “En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. Y que en un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”. ¿Avergüenza a alguien la riqueza o la pobreza a que está sometida Venezuela? Si la respuesta es no, tranquilicémonos. Porque no hay nada que hacer. El país ya no existe.
El Ruso Nikita Kruschev, llegó a afirmar que “Los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay río”.
Ayer en la avenida Bolívar en la Ciudad de Caracas, dieron al pueblo pan y circo. Tanto a los que estaban presentes como a quienes se enteraron de los hechos. Nada más me hicieron falta las palomitas con extra de mantequilla y un refresco para matar el hambre y el aburrimiento. Masoquismo puro. El presunto intento de magnicidio, pues ni drones ni bombonas, unas vulgares pirotécnicas como se pudo verificar en las fotografías publicadas del presunto edificio del apartamento donde se produjeron las ondas expansivas. Lo mismo de siempre, ataques y confrontaciones. Unos más que otros exhiben el poco o nulo conocimiento que tienen en temas trascendentales como la economía, la tecnología y la ciencia y otros el conocimiento por terminal de desfalcar al País.
Lo ocurrido en la Avenida Bolívar, ocurre en las vísperas de asumir la presidencia el nuevo presidente de Colombia. Todas estas circunstancias, apunta y se encuentran dirigidas para evitar dar paso, a una serie de amenazas que podrían dejar aislada a Venezuela y desembocar como lo anunciara Padrino López, en una guerra que pudiera terminar de hacer desaparecer al País ¿Lograrán finalmente su objetivo el Régimen ? Ese será el interrogante para despejar en los próximos meses.
Sin embargo, lo que verdaderamente indigna, es la brecha que se abre entre los mismos pobres, cada vez mayor, objetivo en que se encuentran dirigidas las políticas públicas de este Régimen. Las desigualdades, lejos de disminuir, se acrecientan y la crisis económica, política y moral que padecemos se rellena en los menos afortunados mientras insiste en premiar y mimar a esas minorías. El País no existe.
Pero no creo, que la culpa sea del sistema, solución escogida habitualmente con el fin de que las responsabilidades no recaigan sobre personas concretas. El error está en las personas, que hemos colocado al frente de la nave, en especial al frente de la oposición. Por lo tanto, o cambiamos de oposición o cambiamos a las personas, pero no podemos continuar así. Los ideales, que inspiraron lo que hoy llamamos Estado Constitucional tienen un punto de utopía y de ilusión en la constitución de 1.999, por eso pretenden implementar el proyecto cubano para los venezolanos. En algunas Cartas Magnas, desde la norteamericana que cuenta con más de doscientos años hasta la española de apenas treinta, existen referencias a la felicidad y a la prosperidad de los ciudadanos como objetivos a alcanzar. Como en nuestra constitución de 1.999, Pues bien, o hemos variado los objetivos o hemos desviado el rumbo. Desapareció el País que nos vio nacer, que nos formó y nos cobijó en su territorio, y quienes tenían el sagrado deber de garantizar nuestra soberanía se han constituido en el brazo armado de este régimen.
DC / Dr. Johnny Galue / Abogado, Político / @COOTUR