Hemos estado en ocho de los sitios insulares de América y el Caribe, sin embargo, poco conocíamos de Haití. Pero vimos un programa de Camilo, en CNN, quien entrevistaba al Ministro Laurent Lamothe sobre Haití en los tiempos del terremoto, que llamó nuestra atención al punto de decidir escribir un artículo sobre este golpeado país que por sus sueños, el calibre patriótico de su gente y su perfil histórico, merece una mejor acogida entre los países de la región; también, para aprovechar para invitar a incluir en sus planes turísticos y de viajeros de estas islas vecinas a Haití sea por vía marítima o aérea. Encontraremos que los servicios han mejorado cualitativa y cuantitativamente.
Haití tiene mucha cercanía con Cuba, República Dominicana y el propio Miami. Sus playas son de aguas azules y cristalinas con sus orillas de tierra blanca. En efecto, durante todo el día, sus orillas confundida con su arena brillante que desprenden matices de belleza tropical y coloridas, frescas, atractivas y de gratos recuerdos. Sus oleajes y mareas espumosas invitan a disfrutar el mar. Además, diversos y nuevos hoteles y posadas están distribuidos en las tres partes insulares para ofrecer servicios turísticos de primera calidad. Sus precios desde $100 diarios en cuartos para dos personas. Su cocina es abundante en frutos del mar. Su plato popular criollo más importante es el chicharrón de cerdo a la canasta. Su sopa de Mariscos es famosa y mantienen los precios más económicos.
American Airlines mantiene tres vuelos diarios a Puerto Príncipe y Delta, United, Mexicana y Avianca también viajan semanalmente a Haití. El precio de esa ruta en la mayoría de las líneas rodea los $300 con retorno, dependiendo del origen del viaje. Las tarjetas de crédito populares, entre otras como Visa y MasterCard, funcionan en la isla.
No podemos concluir este artículo sin describir, a groso modo, la historia espectacular de la isla de Haití que conforma el treceavo país de la América insular o Islas del Mar Caribe, y uno de los 35 países de América. Su capital es la ciudad de Puerto Príncipe. Haitiano y francés son lenguas romances y las dos se hablan en Haití. Por otro lado, tiene una extensión de 27.750 Km2. Es, en síntesis, un país afro-rivereño, el tercero más extenso de Las Antillas. Así como Margarita, Coche y Cubagua conforman el estado Nueva Esparta en Venezuela, igualmente Gonave, Tortuga y Vaches conforman la República de Haití. Por cierto, la inhabitada isla La Navesse (Novaza) es reclamada por Haití a Los Estados Unidos de Norteamérica.
En el año 2009, el producto interno bruto fue de $6.908 y una renta per cápita de $772/habitante. Así mismo, el sector industrial más importante es el textil el cual representa el 75% del volumen de las exportaciones. Haití se independizó en enero de 1804, siendo el segundo país del continente americano en hacerlo y el primero en América Latina. Haití está incluido en el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). Francia fue la potencia colonizadora de la isla desde finales del siglo XVII. La República tiene una base étnica poblacional que contiene un 95% de sus habitantes de origen subsahariano (Centro y Sur del África), siendo el primer caso en la Historia Universal por el cual la rebelión de la población sometida al sistema de esclavitud condujo a su emancipación y a la abolición de esa forma de explotación humana.
Los habitantes de la República de Haití están conformada por ciudadanos entre los 20 y 45 años. En su historia de performance y ciudadanía, queremos repetirlo, fue el segundo país en declarar su Independencia en el Continente, después de Los Estados Unidos de América. Esto se constituyó en una proeza que muchos sacrificios les costó.
A estos méritos, se agrega la relación política, social y militar que mantuvo el General Petión con Bolívar y Venezuela. Por tal virtud, los haitianos, como pueblo, deben ser admirados y ayudados a incorporarse al concierto económico de América, no solo cuando se presentan las calamidades, sino con generosidad y la constancia ameritada hasta lograr su desarrollo. ¡Que así sea!
DC / Luis Acosta