El Tribunal Constitucional de Zimbabue declaró este viernes válida la elección del presidente saliente Emmerson Mnangagwa, acusado de fraude por la oposición.
«La petición (de la oposición) es rechazada (…) Emmerson Mnangagwa es declarado vencedor de las elecciones presidenciales», anunció el presidente del Tribunal Constitucional, Luke Malaba.
«En su análisis definitivo, el Tribunal considera que el demandante no consiguió presentar una evidencia clara, directa, suficiente y creíble» de fraude masivo, explicó el alto magistrado.
La decisión del alto tribunal era esperada por los observadores, en un país que celebró elecciones presidenciales y legislativas tras casi cuatro décadas de dominio por parte del presidente Robert Mugabe, destituido el año pasado.
Mnangagwa tendió la mano a la oposición mediante un mensaje en Twitter. «Reitero mi llamamiento a la paz y la concordia por encima de todo», dijo. «Llegó el momento de mirar hacia adelante juntos».
Elegido presidente en noviembre de 2017 tras la revuelta interna del partido en el gobierno y del ejército, Mnangagwa se impuso en las elecciones del 30 de julio con el 50,8% de los votos.
Nelson Chamisa, su rival de la formación opositora Movimiento para un Cambio Democrático (MDC) obtuvo el 44,3% de los sufragios.
«Expresamos respetuosamente nuestro desacuerdo con el Tribunal» explicó ante la prensa el secretario general del MDC, Douglas Mwonzora.
«Es el fin del proceso judicial pero tenemos recursos políticos, en el marco de la ley, podemos manifestar», añadió.
Los abogados del MDC defendieron su demanda ante los nueve jueces del Tribunal en una sesión retransmitida en directo por cadenas de televisión estatales, un hecho inédito en este país.
«Nos confrontamos ante un intento grosero de manipulación», denunció uno de los abogados, Thabani Mpofu, quien aseguró que «unas nuevas elecciones son inevitables».
Los abogados de Mnangagwa tacharon estas acusaciones de «falsas».
– «Sin fundamento» –
«Esta petición de anulación no dispone de un fundamento serio», afirmó el abogado Lewis Uriri, en defensa del presidente saliente.
Tras su nombramiento en noviembre, Mnangagwa prometió un punto y aparte respecto al régimen autoritario de Mugabe, a pesar de haber sido su delfín en el pasado.
La campaña electoral resultó más transparente y menos violenta que en los comicios anteriores, salpicados por las intimidaciones del gobierno contra sus adversarios.
Pero volvió a planear el fantasma del régimen autoritario de Mugabe cuando una manifestación de la oposición fue reprimida de forma sangrienta por el ejército dos días después de las elecciones.
No obstante, los observadores internacionales no constataron grandes manipulaciones ni fraudes electorales.
La delegación de observadores de la Unión Europea únicamente denunció una «desigualdad de oportunidades» entre el presidente saliente y sus rivales, en concreto, respecto a su presencia en los medios públicos.
La petición de la oposición hizo que se aplazara la ceremonia de investidura de Mnangagwa, que estaba prevista para el 12 de agosto, y que debería celebrarse ahora este domingo.
DC / AFP