La Serpiente Gigante. Por Eugenio Montoro

Por estos días se lanzó al agua un artefacto con la intención de recolectar desperdicios de plástico en el océano Pacífico.

Valgan algunos antecedentes sobre el asunto.

En general los plásticos resisten centenares de años a su degradación. De tal forma que muchos envases, zapatos, mangueras, cubos, cucharas y la enorme lista de peroles hechos de plástico tienen la posibilidad, al ser desechados, de llegar al mar y flotar. Arrastrados luego por las corrientes, llegan a concentrarse en algunos puntos del océano y a formar acumulaciones enormes.

Las acumulaciones no se ven con facilidad pues los objetos originales usualmente se rompen en trozos pequeños, de manera que la concentración de plástico se parece más a una especie de sopa densa que flota. De las cinco concentraciones conocidas, la mayor es la situada en el Pacifico norte donde se hará la prueba, y es equivalente a dos territorios del tamaño de Venezuela.

En un intento de recoger esta inmensidad se va a probar una especie de barrera flotante hecha con una tubería de 1,5 metros de diámetro y 600 metros de largo que, al ponerse en forma de U, será una trampa para los trozos de plástico. Estos se recogerán y se llevarán con un buque a tierra para ser reciclados. Por su forma y tamaño la bautizaron la serpiente gigante.

Como toda idea novedosa el sistema tiene sus críticos que desde ya anticipan que no funcionará, pero habrá que esperar sus resultados.

Hay varias “lecturas” sobre esta iniciativa. La primera es que es una acción concreta y costosa (la serpiente va llena de aparatos de control y comunicación) que muestra la preocupación genuina que se viene desarrollando sobre el medio ambiente. Este compromiso hacia el cuido ambiental, pronto va a superar como factor ético al factor económico.

La segunda lectura es que la sed de aventura del ser humano no se detiene. Las probabilidades de que una tormenta vuelva papilla a la serpiente gigante existen, pero eso no ha detenido a los patrocinantes que respaldaron la idea de un joven soñador entusiasmado por hacer algo con sentido de trascendencia.

La tercera lectura la queremos traer a nuestro martirio venezolano.

Frente a los grandes problemas, como lo es esta narco dictadura, no debemos tener miedo a las soluciones novedosas, ni a pensarlas, ni a proponerlas, ni a ejecutarlas. Hasta hoy, hemos usado todos los métodos democráticos, grandes marchas, revocatorios, elecciones, trancas de vías, diálogos, escribidores, opinadores y muchos otros, siendo todos torpedeados por mecanismos perversos, ilegales y tramposos por parte del régimen. Así que inventar algo que sea como una serpiente gigante para solucionar esta tragedia roja, aunque lleve sus riesgos, es una buena idea.

La técnica de recoger la “basura” roja con una trampa en forma de U luce apropiada. Rodear, recoger y reciclar, suena bien. Muchos han hecho mucho daño, bien directamente poniendo presos o matando ciudadanos o bien indirectamente robando y mal usando el poder de alguna posición. Que no salga ninguno del cerco.

Estos soñadores van por el plástico con el ideal de aliviar al planeta de la contaminación, cuantas más razones tenemos para hacer lo que sea necesario para salvar a nuestra Venezuela.

Vamos a hacerlo. Esta pelea la ganamos los hombres y mujeres que rechazamos la dictadura y que creemos en un País honrado, libre y demócrata.

 

DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

 

 

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...