Recordó que el primero de ellos fue con el Vaticano y el segundo en República Dominicana, resaltando que este último iba relativamente bien encausado con posibilidad de avanzar “pero cuando el gobierno sintió que era una negociación en serio pateó la mesa”.
Así lo dio a conocer Arellano durante el foro “Venezuela en la mira internacional” llevado a cabo en el edificio José María Vargas, sede administrativa del Parlamento, actividad organizada por el equipo de la oficina parlamentaria del diputado Rafael Veloz.
El docente aseguró que no hay confianza en la comunidad internacional para la negociación, pero tanto el Grupo de Lima como la Unión Europea (UE) se están ofreciendo para esa tarea. En este sentido, dijo que el gobierno generaría confianza a una posible mesa de negociación si éste presenta previamente acciones contundentes en materia de derechos humanos, de crisis humanitaria y en un punto clave como es el Consejo Nacional Electoral (CNE).
“No hay democracia si no hay un CNE electoral serio, responsable, equilibrado y neutral”, afirmó.
Planteó Arellano la revisión de la composición del Poder Electoral, la reorganización de su funcionamiento para ser creíble el esfuerzo electoral, algo fundamental para la democracia.
Asimismo expresó que las clases de historia a la que recurre el Ejecutivo anclada en el siglo XVIII, “solamente ya no convencen, se ha agotado, por lo tanto, debe entrar en los temas contemporáneos”, dijo.
“Desconocer la diáspora cuando el mismo gobierno sabe el concepto de vuelta a la patria; lo que implicaba un tácito reconocimiento de la crisis humanitaria y ahora volverlo a negar, genera una gran desconfianza traducida a una falta de interés. Por tal razón, plantear un deseo de negociar no es creíble. El esfuerzo que tiene que hacer el gobierno en este momento para que sea creíble cualquiera iniciativa es duro y tiene que entenderlo”, puntualizó.
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