Andrés Eloy Blanco fue un poeta, político, escritor y humorista venezolano que tenía grandes ideas y las dejó regadas en sus bellos versos, grandes discursos y orientadores escritos, siempre atados, por una comprensión inmensa, a la tierra que lo vio nacer.
En estas horas difíciles de la Patria, valga recordar, como si fuese agua fresca, algunos trozos de sus escritos que, inspirados en sus circunstancias, parecieran también valer para hoy.
Uno corto para los que nos separamos de nuestros seres queridos en una absurda diáspora que pronto terminará:
“No sé si me olvidarás / ni si es amor este miedo / yo solo sé que te vas / yo solo sé que me quedo”.
Otro sobre la represión y el abuso de autoridad con los que este régimen de asquerosos malandros salvajes y rapaces ha torturado a todo un pueblo durante muchos años:
“Qué va a haber potro en potrero / ni pareja en el velorio / ni garza en el dormitorio / ni vaca en el lamedero / Cómo va a haber becerrero / trenzando leche y canción / si van casa y galerón / camino de San Fernando / cómo no va a estar llorando / si pasó la Comisión”.
“Mire, se llevó la vaca / mire, se llevó el te quiero / se llevó el ay que me muero / de media noche en la hamaca / se llevó la guacharaca / la manta de guarnición / la promesa de varón / en el hijo prometido / Mire, se llevó el latido / y me dejó el corazón”.
Mucha vaina llevó Andrés Eloy y preso pasó varios años por defender la libertad, pero su corazón grande salió ileso de rencores y escribió maravillosas obras hoy famosas en todo el mundo. Píntame Angelitos Negros, Los hijos infinitos, Canto a España, Las uvas del tiempo, La renuncia y centenares más mostraban en flor su inmensa capacidad de ver más allá de lo cotidiano y de marcar al mismo tiempo rumbos de actuación.
Dentro de sus escritos, este sin desperdicio:
“Porque lo más trágico no es que un hombre no tenga zapatos que ponerse, sino que no haya sentido nunca la necesidad de tener zapatos. Hay que crear en el hombre la necesidad de dejar el chinchorro por la cama; hay que crear en el hombre la necesidad de dejar la alpargata por el zapato; hay que crear en el hombre la necesidad de dejar el simple buche de agua por el cepillo de dientes. Es necesario que el hombre no se acostumbre a vivir conforme bajo un rancho”.
En lo político hizo mucho para establecer la democracia, pero nunca perdió la oportunidad para mamar gallo. Sucedió que, en aquel tiempo, en el respingado Copei, se había inscrito, curiosamente, un dirigente pasado de horno y el Blanco no lo perdonó: “Cosas que no son de ley / siempre terminan en fiasco / mujer orinando en frasco / y negro inscrito en Copei”.
¿Que nos diría Andrés Eloy si estuviese vivo? Poca duda hay que una de sus instrucciones sería el luchar, como lo hizo él, contra la dictadura con pasión, pues solo en libertad la vida tiene sentido. No importa cuánto dure la faena, hay que hacer lo que se necesite para que se establezca un régimen democrático y después hay que hacer bien las cosas para que la calidad de vida de los ciudadanos mejore mediante el desarrollo económico, educativo y cultural.
Así que, Juanes Bimbas, arriba corazones que vamos a salir de este régimen fracasado y dictador, mediante un tremendo mollejero interno y la ayuda externa que haga falta. “Y el mundo estupefacto verá las maravillas / de una raza que tiene por pedestal tres quillas / y crece como un árbol hacia el cielo, hacia Dios”.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es