Cuando Johnny Depp y Amber Heard llegaron a un acuerdo para poner punto final a su complicado proceso de divorcio y dar salida a las acusaciones de malos tratos que la actriz había realizado contra su exmarido, una de las cláusulas del contrato que firmaron especificaba que ella no podría discutir en público los pormenores legales de la disolución de su matrimonio o de las agresiones que afirmaba haber sufrido a manos de la estrella de Hollywood.
Sin embargo, esas mismas normas no parecen aplicársele a él. Ahora que las aguas han vuelto en gran parte a la calma y que se prepara para promocionar la secuela de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Johnny Depp está listo para limpiar su nombre, corregir la imagen equivocada que habría presentado sobre él el reportaje que publicó hace meses la revista Rolling Stone -que él define como una «farsa»- y ofrecer su versión de los hechos.
«Lo que más me dolió es que se me retratara como algo que no podría estar más lejos de quien soy en realidad. ¿Hacer daño a alguien que amas? No, no lo hice. Ni siquiera suena como algo que yo haría», afirma el intérprete en una nueva entrevista, en la que no solo se ampara tras sus valores morales para negar que alguna vez maltratara a su entonces pareja. También recurre a la lógica para tratar de demostrar por qué no habría sido posible que la golpeara realmente, a pesar de que uno de esos ataques -en el que Depp le arrojaba un vaso de vino- fue grabado por la actriz y posteriormente filtrado a la prensa.
«Estaba a siete metros de ella… ¿Cómo se supone que iba a agredirla? Y, por cierto, eso es lo último que se me habría ocurrido hacer [en cámara]. Puede que parezca estúpido, pero no lo soy», apunta sobre ese momento concreto.
Según él, el vídeo en cuestión -mal enfocado y que terminaba con Depp arrancándole el teléfono de las manos de Amber cuando se daba cuenta de que estaba grabándole- era más antiguo de lo que su ex dio a entender y recogería en realidad su reacción tras enterarse de que había perdido una suma importante de dinero.
Pese a todo, el daño ya estaba hecho y a Depp no se le escapa que su imagen pública tardara mucho en recuperarse de ese golpe, si es que algún día lo hace.
«Podía sentir cómo la gente me miraba de forma diferente. Sé que nunca iba a ser la Cenicienta… pero tenía la impresión de que en un período muy corto esa versión -a falta de una palabra mejor- de la Cenicienta había dado paso inmediatamente a una bestia. Era Quasimodo», lamenta el actor, que hace meses se enfrentó a un boicot exigiendo que se le eliminara de la película basado en el universo mágico de la escritora J. K. Rowling, quien por su parte ha decidido apoyar su trabajo en el filme.
Aunque el famoso actor confía en que la verdad saldrá eventualmente a la luz, no puede evitar que le ‘hierva la sangre’ cuando piensa en el daño que se ha causado a sus dos hijos adolescentes, fruto de su relación con Vanessa Paradis.
«Hago esto por mis hijos. ¿Cómo puede alguien, quien sea, inventarse algo así sobre mí, cuando no encierra ni un ápice de verdad? Estoy seguro de que a mi hijo de 14 años no le resultaba nada fácil ir al colegio. Con todo el mundo enseñándole revistas y preguntándole si su padre le pegaba a mujeres. ¿Por qué tuvo que pasar por eso? ¿Por qué tuvo que hacer frente a algo así mi hija?», lamenta.
DC – El Espectador