La lucha de poder intestina que se viene librando al interior del chavismo, del Partido Socialista Unido de Venezuela, de la revolución bolivariana, es decir, del poder en Venezuela, ha permitido que un organismo como el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) haya implementado su propia Ley. Era predecible que en cualquier momento ocurriera un hecho atroz, como lo sucedido con el concejal y dirigente del partido Primero Justicia, Fernando Albán. Pero ya el 12 de marzo 2015, había ocurrido otro misterioso “suicidio”, el del Rodolfo Pedro González Martínez conocido como El Aviador. Y Luego el 17 de septiembre 2017, el concejal apureño Carlos Andrés García, murió después de que lo trasladaron desde el Sebin hasta el hospital.
Luego de la muerte de Hugo Chávez, los demonios se desataron al interior de la revolución. No hubo aceptación resignada a la orden del moribundo Presidente de que su sucesor fuera Nicolás Maduro Moros. Se aceptó a regañadientes. Y allí quedó vivito el otro heredero, el que para muchos tenía mejores condiciones, el que contaba con mayor ascendencia en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el que era considerado la ficha de la derecha endógena. Pero Maduro tenía la bendición de Fidel Castro. Los cubanos no confían en Diosdado, no lo consideran un comunista.
Había otros grupos de liderazgo y poder: Elías Jaua, Tareck El Aissami, Rafael Ramírez, etc. Pero ellos con el tiempo fueron quedando relegados cuando se polarizó la lucha entre Diosdado-Maduro.
Lo primero que hizo Maduro fue tratar de defenestrar al hombre del Mazo, quitándole hombres de poder y por ello destituyó al entonces presidente de Cadivi, Manuel Barroso. Pero hasta ahí le llegó la estrategia. Cabello reaccionó y Maduro envió a Barroso a Brasil y luego lo asciende a general. Nunca fue investigado por el desastre de Cadivi.
Su siguiente candidato a destituir era José David Cabello, pero Diosdado preparó sus armas y en un programa, dio una demostración de poder al concentrar al personal del Seniat pero también al Alto Mando Militar del Ejército, incluyendo a su entonces comandante general García Toussaint, a Aristóbulo Isturiz y hasta José Vicente Rangel.
No tenía opción el Presidente que recién ganaba las elecciones más que compartir el poder con Diosdado. Y así hubo una repartición de cargos y cuotas de poder.
En el SEBIN se incorporó un incondicional de Cabello, el hoy mayor general (Ej) Gustavo Enrique González López llamado El sabueso. Eso fue el 17 de febrero 2014, luego de que el general Manuel Bernal Martínez apenas estuviera unas semanas en la dirección del Sebin.
Esa institución estuvo por muchos años en manos del Mayor General (Ej) Miguel Rodríguez Torres, inicialmente después del golpe de Estado del 11 de Abril 2002 cuando el SEBIN se llamaba DISIP (Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención). Empieza a llamarse SEBIN desde el 10 de junio 2010.
Pero el control del SEBIN es demasiado importante y aun cuando Rodríguez Torres era ministro del Interior y Justicia, es nombrado González López como director del Sebin y lo primero que hizo fue remover a todos los comisarios afectos a MRT, destituyendo a algunos o jubilando a otros.
González López fue Ministro del Interior y Justicia desde el 9 de marzo 2015 hasta el 2 de agosto 2016, cuando es sustituido por el MG (GNB) Néstor Luis Reverol. Y aunque le quitaron el ministerio, González López se quedó como director del SEBIN, cargo nada despreciable para los intereses de un sector del poder.
Aunque la Ley especifica que el SEBIN es dependiente de la Vicepresidencia de la República, eso sólo queda en el papel. Con el control férreo que tiene Diosdado del SEBIN, a través de González López, no pudo Tareck El Aissami y tampoco lo ha hecho Delcy Rodríguez.
Es por eso que han surgido varias tesis, unas más sombrías que otras, que hablan de una estrategia, con la muerte del concejal, para quitarle el poder del SEBIN al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
ANTECEDENTES
Independientemente de las razones que conllevan a levantar teorías, hay algunos hechos muy concretos que dan cuenta de lo que ha venido sucediendo en esa institución.
El 22 de septiembre 2017, en el artículo de Quinto Día llamado “Los presos del Sebin” les dije que ahí tenían su propia Ley. No importa si el detenido tiene boleta de excarcelación firmada por un juez. No sale si el Sebin no quiere. No sale si previamente no paga una alta suma en dólares; el encargado del trámite y negociación es Walid Mackled. Ahí no cumplen órdenes de autoridades competentes, sea traslado, liberación o envío a centro asistencial.
Hacen detenciones sin orden previa o los someten a torturas incluyendo la incomunicación, negándole el derecho a ser asistido por sus abogados y atención de sus familiares. Allanan viviendas sin orden de cateo. Entonces, no es cualquier cosa la muerte del concejal apureño Carlos Andrés García. Inaudito que el Tribunal Supremo de Justicia dé una explicación poco convincente del hecho, ante un país indignado y asombrado.
Fue en el Sebin donde se empezó a implementar la perversa medida de incomunicar a un detenido de 30 a 45 días dizque para “acostumbramiento”, violando el Principio Universal de los Derechos Humanos y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Otros cuerpos de seguridad aplican la norma. Lo que sucede en el Sebin es parte de la división del poder que hay entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
SU PROPIA LEY
El 27 de julio de este año 2018, les dije en el artículo de Quinto Día “El Sebin convierte a un choro en conspirador” lo que ocurrió con el caso de un dirigente llamado Abdel García.
“Es el Servicio Bolivariano de Inteligencia. Todo empieza el 10 de mayo 2018 cuando el comisario general Ronny González, perteneciente a la Dirección de Investigaciones Estratégicas del Sebin, lo llaman para decirle que, en el Fuerte Tiuna, recibió dos tiros el mayor (GNB) Robert Manuel Romero Villalobos. Una comisión de 25 funcionarios se traslada al Hospitalito del Fuerte, donde estaba siendo atendido el mayor Romero, quien contó que un sujeto de un carro fiesta ford blanco, le disparó sin mediar palabras cuando se disponía a abordar su vehículo. Minutos después los funcionarios detectan un vehículo similar estacionado y adentro encuentran la cédula de Yosner José Palma Ramírez, quien tiene antecedentes por robo de vehículo”. “El Sebin sacó la conclusión, no se sabe de dónde, que el choro de carros era un conspirador que quiso asesinar al mayor Romero Villalobos para crear conmoción porque maneja gran cantidad de casos confidenciales y que tenía intención de robarse armamento de la GNB, junto con personal militar, policial y civil que operan en Fuerte Tiuna. De ahí sacan el cuento de Traición a la Patria, rebelión, para solicitarle 30 años de presidio a Abdel Gerardo García Brito, Vigles Ovadis Alvarado, Pedro Emilio Sanabria y a Yosner José Palma”.
El 31 de enero 2018, publiqué en Punto De Corte el artículo “Ocultan en el Sebin al narco Mario Moreno” y les dije que “desde mayo 2014, según se evidencia en la hoja del ingreso al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), está detenido Mario Moreno Lozano, señalado por la DEA como un influyente narcotraficante, que usa los alias “Alexis Antonio Rodríguez Rodríguez”, también “Juan Carlos” y “Luis Carlos Vélez López”. Es un personaje que no aparece en expedientes venezolanos, solo está en Sebin detenido sin ningún tipo de proceso, mientras que Estados Unidos hace años lo incluya en la lista de narcotraficantes buscados”.
“Moreno Lozano es colombiano, de Cundinamarca y desde el país vecino se le relacionó con el narco Daniel Barrera Barrera alias “Loco Barrera” así como otros capos colombianos que han sido condenados en los Estados Unidos. Moreno Lozano es solicitado por la Corte de Distrito de Puerto Rico sindicado de importar cientos de kilogramos de cocaína a EEUU”.
Y uno de los hechos más representativo de lo que sucede en el SEBIN lo manifesté en el artículo “500 mil dólares para el SEBIN” el día 19 de agosto 2016. Ahí les conté la horrible historia de lo que sucede en esa institución.
“Es el Servicio Bolivariano de Inteligencia, policía política del Estado. Tiene dos centros de reclusión a su cargo: en la sede de Plaza Venezuela y en El Helicoide. Hacia ellos envían a algunos de los llamados presos políticos y a imputados por diversos delitos; allí han estado banqueros como Eligio Cedeño, narcotraficantes como Mackled, policías como Vivas y Forero los del 11-A, políticos como Oswaldo Álvarez Paz, estudiantes que adversan al gobierno, etc. Les dije que, aun con la boleta de excarcelación, el Sebin se negaba a dejar en libertad a uno de los imputados por el caso de los ferrys de Bolipuertos, el Capitán de Altura Wilfredo Urbáez, gerente de seguridad marítima del INEA”.
“Recibí numerosos mensajes de quienes han estado detenidos en el Sebin. ‘A ese capitán no lo dejan libre porque no paga’. ‘Desde que uno entra ahí le dejan bien claro que, así lo ordene un juez o el Presidente de la República, no sale si a cambio no cancela la tarifa estipulada’. ‘El pago es en dólares, no aceptan bolívares’. La tarifa mínima es de 100 mil dólares. ‘Yo tuve que pagar 500 mil hace ya tiempo’, me dijo un hombre. ‘Nos quedamos sin casa y sin carros para pagar los 150 mil dólares que pude negociar con funcionarios del Sebin, luego de un mes de tener boleta de excarcelación’. No se salvan ni civiles ni militares. Ni chavistas ni opositores”.
“Funcionarios del Sebin la han convertido en la mayor cárcel de matraca en el país. Policías que deben servir a la patria se han convertido en vulgares pranes. Jueces, como la doctora Josepline Flores Algarín, que no hacen cumplir la orden que dan. El viernes pasado, dicha jueza no logró que el capitán Urbáez se presentara ante el tribunal, porque con boleta de excarcelación aún no ha sido liberado”.
Quién puede dudar que en una institución así, que secuestra, extorsiona y tortura, haya podido ocurrir algo terrible que llevara a la muerte del concejal Fernando Albán.
DC | Punto de Corte