Cada vez más sofisticados y difíciles de detectar. Son los llamados ‘narcotúneles’ que durante años han proliferado en la frontera entre México y Estados Unidos, punto de paso de grandes cantidades de droga con destino hacia el mayor consumidor del mundo, el vecino rico del norte. El martes, las autoridades mexicanas anunciaron el descubrimiento de otro túnel entre la localidad de Jacume, Baja California, y que ya había alcanzado territorio estadounidense por el condado de San Diego antes de ser descubierto.
La entrada estaba situada en una residencia privada en Jacume, a muy poca distancia de la frontera con EEUU. De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense y con las autoridades fronterizas, el trabajo en el túnel había progresado hasta unos 100 metros al otro lado de la frontera y estaba a punto de ver la luz al otro lado. En total, medía 191 metros de largo.
Del lado mexicano tenía unos 10 metros de profundidad y estaba equipado con la última tecnología para transportar droga, incluyendo un sistema de rieles y otro de paneles solares para manejar la ventilación y la iluminación dentro del túnel. «Túneles sofisticados como este toman mucho tiempo y dinero para poderse construir», confirmó el agente Takae Michael al diario ‘Los Ángeles Times’.
«Cuando los encontramos, suele ser un acontecimiento importante». En los últimos 12 meses, las autoridades han descubierto dos en la zona de San Diego y en verano de 2017 detectaron otro del que emergieron 30 inmigrantes indocumentados.
La mayoría eran ciudadanos chinos y mexicanos. El nuevo túnel es sólo una muestra de la guerra latente contra el narcotráfico a ambos lados de la frontera y que cada día se cobra una media de 76 vidas. 2017 fue el año más violento de las últimas dos décadas con 28.000 muertos, a una media de un fallecido cada 18 minutos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México.
DC – ElMundo.es