América se pone difícil para Alonso

No antes de noviembre. El futuro de Fernando Alonso sólo tiene ahora mismo algo seguro en 2019, y son las tres pruebas que va a disputar en la Superseason del Mundial de Resistencia del año próximo con Toyota: es decir las 1.000 Millas de Sebring, las 6 Horas de Spa y las 24 Horas de Le Mans. El resto es una incógnita total, aunque parece que se va alejando la posibilidad de que el asturiano dispute la temporada completa de la IndyCar Series.

McLaren, de momento, no mueve ficha para tener a punto un equipo con el competir todo el campeonato americano, que consta de 17 pruebas y que curiosamente no tiene ninguna coincidencia de fechas con el WEC para 2019. «Es una cuestión de ajustar bien los calendarios», ha asegurado Alonso en Fuji. Según ha podido saber MARCA, no anunciará sus planes deportivos para la próxima campaña, como mínimo hasta la semana del GP de Brasil (7-9 de noviembre) y muy probablemente haya que esperar a la última cita del Mundial de F1 en Abu Dabi para conocerlos.

La renovación con Toyota para otra temporada en Resistencia, después de la andadura exitosa de este año, está sobre la mesa, pero en el resto de cuestiones no se da nada por hecho todavía por Fernando ni por su gente más cercana.

Los últimos rumores apuntan a que Zak Brown se está haciendo el remolón para poner en marcha el equipo naranja de Estados Unidos, donde sigue sin estar claro el motor que podrían utilizar (Honda o Chevrolet) o si finalmente podrán tener a punto una estructura de garantías para soportar el reto y aspirar a la victoria. «Hay que preguntarles a ellos cuándo tienen su límite para tenerlo a punto», ha dicho Fernando con ese tono de que algo no marcha como debiera en los planes marcados desde un inicio.

La participación en la Indy 500 de 2017 fue sencilla, por cuanto Fernando corría entonces para McLaren y para Honda en Fórmula 1, con lo cual sólo había que ponerse de acuerdo con el suministrador de gasolinas y lubricantes y el de neumáticos para una exención puntual de sus obligaciones. En 2019 ya no tendrá una relación clara con los de Woking, y ninguna con los de Sakura, por supuesto, y el acuerdo se antoja un tanto más complicado. Además, el asturiano preferiría un programa corto de adaptación al campeonato de IndyCary no estar sujeto a tener que correr todas las pruebas de una categoría bastante peligrosa.

Se hace difícil pensar en una nueva alianza entre ambas marcas para la IndyCar y más después del abrupto final en el que se invitó a los japoneses a marcharse a Toro Rosso, como si fueran poco menos que unos apestados. Y lo curioso es que Zak Brown querría dar marcha atrás y tener ahora el propulsor de Honda, que mejora y evoluciona, en lugar del Renault que sigue estancadoy no les permite tener ciertos beneficios aerodinámicos que les han lastrado en el desarrollo del MCL33. Reflotar el rendimiento del coche que pilotarán Carlos Sainz y Lando Norris ocupa ahora casi todas sus preocupaciones deportivas.

Así las cosas, la temporada de Fernando puede contar con retos de lo más variopintos, que podrían incluir algún test en la Nascar (correr es harina de otro costal) o incluso en un coche del Dakar para ir probando sensaciones de cara a años venideros. En algo más de un mes habrá noticias y pueden ser sorprendentes y llamativas, como todo lo que ha rodeado al asturiano en los últimos tiempos.

DC / Marca

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