El desesperado salto de miles de migrantes hondureños al río Suchiate

Saltar al río Suchiate, que pasa bajo el puente sobre el que aguardan miles de migrantes hondureños en la frontera entre Guatemala y México, se convirtió en una alternativa para quienes no abandonan el sueño de pasar al otro lado.

En las aguas del Suchiate hay tantos cuerpos como piedras. Son los de decenas de hondureños desesperados. Migrantes que, en su intento por cruzar la frontera entre Guatemala y México, se lanzan desde lo alto de las barandas del puente Rodolfo Robles decididos a dar la batalla y pasar al otro lado.

No llevan salvavidas. Lo único que logra sacarlos a flote es la ilusión de avanzar en su travesía, esa que emprendieron hace una semana desde la ciudad norteña de San Pedro Sula motivados por la crisis, por el hambre, por la violencia.

Para evitar ser arrastrados por la fuerza del cauce, instalaron una cuerda a lado y lado de la orilla de la que se sostienen con valentía en esta caravana que pasó de la tierra al agua.

Decenas de migrantes hondureños agolpados en la frontera entre Guatemala y México el 20 de octubre de 2018. © Edwin Bercián / EFE

En sus improvisados saltos no tienen opción de llevar nada. Dejan atrás la poca ropa que traen y apenas consiguen hacerlo con los zapatos que llevan puestos. Se lanzan con poco peso para no hundirse. Aunque la corriente no es profunda, muchos no saben nadar y ceden ante el vértigo.

La mayoría son hombres, pero incluso algunas aguerridas se atreven a hacerlo a la voz de quienes, sobre una rudimentaria balsa construida con neumáticos y palos, les gritan «ven, que tú puedes».

Mientras que algunos esperan bajo el sol y en el piso, desde Honduras, la Conferencia Episcopal clama por la revisión de las políticas migratorias por parte del Gobierno de Estados Unidos en busca de una medida que permita que sean acogidos.

Para los obispos de esta nación, es necesario que las autoridades estadounidenses impidan que los migrantes continúen siendo señalados como presuntos criminales por perseguir la ilusión de una vida mejor.

Aunque aún no hay luces claras sobre el destino de quienes huyeron por el río, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, señaló que se trata de un “tránsito difícil y doloroso” en el que, de los cerca de 5.400 migrantes que salieron, a menos 3.000 permanecen atrapados en el puente.

A través de su cuenta de Twitter, el mandatario Hernández se refirió a la reunión que sostuvo con su homólogo guatemalteco, Jimmy Morales, para definir las acciones con las que pondrán en marcha el plan de «Retorno seguro» para los migrantes.

Poco después del inicio del encuentro entre Hernández y Morales, el Gobierno de Guatemala precisó que mantuvo contacto con las autoridades estadounidenses para tratar el tema.

Aunque para ambas administraciones la solución es garantizar el regreso de los migrantes, para miles de ellos esa no es ni siquiera una opción, por lo que se resisten a aceptar la atención de retorno dispuesta por la brigada de infantería guatemalteca y continúan con el desafío de saltar para cumplir su sueño: migrar.

AFP con información de EFE

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