“Ya ni recuerdo a qué huele el gas. Tengo años sin recibir el servicio. No tengo cómo pagar por él. Ahora cocino en leña”. Esa fue la solución para José González, habitante del municipio Jesús Enrique Lossada ante una escalada de precios que no se detiene.
Este suministro se convirtió en una renta ‘suntuosa’, pues la recarga de la bombona más pequeña (10 kilogramos) cuesta entre 120 y 180 bolívares soberanos, mientras que la de 18 kg ronda los BsS 400.
En el sector 1 de Mayo, de Maracaibo, suman cinco meses sin gas por tuberías. Lo más preocupante para los vecinos –además del elevado gasto– es el ‘viacrucis’ que viven cada vez que les corresponde surtirse. Ébel Navarro dijo que recorre Belloso y, en oportunidades, no le queda más remedio que trasladarse hasta la Zona Industrial.
“Últimamente, esto está demasiado caótico. El gas no se encuentra en cualquier parte y eso es una mortificación”, reclamó desde su vivienda.
En la misma situación se encuentra Josselyn Guillén, residente de la urbanización Urdaneta: “Ni siquiera me quisieron aceptar la bombona porque el camión no había llegado. Llevamos casi cuatro años con este problema. Consignamos cartas en los organismos correspondientes, prometen inspeccinar, pero todo queda ahí”.
Preparar la comida en una cocina eléctrica es su única alternativa cuando le resulta imposible adquirir este vapor que ‘estira’ por tres semanas.
El escenario se replica en zonas como Corito, barrio Los Andes, La Sonrisa, Colinas del Sur, Amparo, Torito Fernández y el Mamón. “Pagué 80 bolívares y se tardaron 22 días en despacharme”, fue la queja de Thebsil Hurtado, desde Pomona.
Por la escasez, muchos usuarios no tienen más remedio que ‘migrar’ a casa de familiares o amigos para hacer sus alimentos. Otros optan por cambiar el menú, descartando todo lo que requiera fuego.
Sin embargo, algunos resaltaron que es ineludible hervir el agua por la coloración amarilla que despierta desconfianza general.
Pero no solo Maracaibo está afectada por las severas fallas en el envío de gas. Petra Bonilla aseguró que en Nueva Santa Rita, del municipio Santa Rita, permanecen desabastecidos. “Pagué BsS 10, pero me distribuyeron 20 días después y me quitaron BsS 30 más”.
Guillermo Valera, poblador de El Silencio, en San Francisco, indicó: “Aquí no se consigue por ningún lado y lo peor es que cada semana aumentan los precios. Es una incertidumbre vivir así. Será que ya no comamos más”. Carely León afirmó que en Los Cortijos también presentan la carencia.
Interminables colas se registran en algunas plantas de abastecimiento de gas de la región. A Junior Pirela le ha tocado amanecer en una de ellas, en la zona oeste. “Cada dos semanas se repite la película. Pierdo tiempo, dinero y vida en esto. En el barrio Torito Fernández estamos olvidados por todos lados: agua, aseo y gas”, lamentó.
En lugares de Amparo, en la capital zuliana, dejaron de gozar del servicio desde hace tres meses. Hacer un recorrido ‘interminable’ por al menos tres zonas distantes, en transporte público, suma incomodidades a ciudadanos como Lenín Monasterio.
En zonas como El Potente, de Haticos, reportaron que la fuerza del gas disminuyó considerablemente desde hace unas semanas. “Tardamos una eternidad cocinando”, dijeron.
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