De norte a sur, de este a oeste, la recolección de desechos sólidos no existe en Maracaibo.
Cuando el alcalde Willy Casanova ganó las elecciones para la alcaldía de la capital zuliana, en diciembre de 2017, prometió con todas sus fuerzas, que «la basura sería un problema que le metería el pecho de frente, desde el otro día de los comicios»
También dijo el burgomaestre, en aquella oportunidad, que «así fuera en carretas movidas por burros, la basura en Maracaibo se iba a recoger».
Hoy, a casi un año de aquellos comicios; nadie, en la principal urbe del occidente venezolano, ha visto, ni una ni otra cosa.
Solo se siguen observando millones de toneladas de basura en toda la ciudad como si no hubiese ningún tipo de políticas de planificación y de sanidad ambiental para su jurisdicción.
La multiplicación de enfermedades gastrointestinales, proliferación de insectos, sus habitantes cohabitan en un mundo de moscas, olores nauseabundos producidos por los gases de la descomposición de los desechos sólidos.
Ni en las principales avenidas, se escapa de semejante espectáculo contra natura.
Las quejas de ciudadanos son interminables, pero las respuestas son nivel cero.
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@diariocontraste