Desde 2015, cuando a raíz del manejo por parte del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) de las candidaturas a las elecciones regionales se produjo un deslinde de dirigentes que hacían vida dentro del chavismo y que dio origen a Marea Socialista, hasta el surgimiento el pasado mes de octubre del movimiento “chavismo originario”, varios grupos de dirigentes que estuvieron vinculados en algún momento a la gestión de Hugo Chávez han creado plataformas para enfrentar a la corriente que sigue fiel a Nicolás Maduro.
Sin embargo, mientras todos defienden algunos elementos de lo que consideran el legado de quien impulsó el proceso (la Constitución de 1999 o los programas sociales), es la propuesta del reconocimiento a la Asamblea Constituyente (ANC) lo que mantiene a los originarios desligados y vistos con escepticismo por los bandos que le antecedieron, e incluso por el Gobierno y la propia oposición.
¿Quién es quién entre los disidentes?
En 2016 se creó la Plataforma en Defensa de la Constitución (PDC), en la que figuran los nombres de los exministros Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio y Oly Millán, junto a académicos como Edgardo Lander, Santiago Arconada y Juan García Viloria, además del exjefe de Casa Militar, el M/G (r) Clíver Alcalá Cordones, a quienes ha estado vinculado el también exministro Jorge Giordani. Ellos han hecho énfasis en el rechazo a la corrupción, la ANC y el Arco Minero del Orinoco para salir al paso a lo que consideran una gestión (la de Maduro), que se ha desviado del camino trazado por Chávez, que estaba demarcado precisamente por la Carta Magna de 1999.
Ese mismo año surgió el movimiento amplio Desafío de Todos (DDT), liderado por el exministro del Interior y Justica M/G Miguel Rodríguez Torres, el cual, aunque también aferrado al marco constitucional de la República, trata de trascender tanto la IV como la V República para conducir al país a un estado que recoja lo positivo de esas dos etapas.
Finalmente, el chavismo bolivariano, al que desde su aparición se le ha referido como “originario”, es impulsado por el exalcalde del Distrito Metropolitano de Caracas Juan Barreto y el exsecretario general del Movimiento Electoral (MEP) Wilmer Nolasco, bajo la coordinación de la abogada Indhira Urbaneja, quien formó parte del DDT pero se deslindó de ese movimiento.
Para conocer con exactitud los planteamientos de estos grupos, TalCual conversó con el exconstituyente de 1999 Freddy Gutiérrez (PDC), el exalcalde Juan Barreto (chavismo originario) y una fuente cercana al M/G Rodríguez Torres (DDT), quien declaró con la condición de no ser identificado.
Aceras distintas
Gutiérrez explicó que la PDC es un movimiento que surge en rechazo a tres temas fundamentales como fue la “desaparición” de 30 mil millones de dólares de las reservas internacionales de la República, confirmada por la presidenta del Banco Central de Venezuela para 2015, Edmée Betancourt; la creación del Arco Minero del Orinoco -al que se refiere como la “amputación” de 112 mil km2 de territorio de la República-; y la convocatoria irregular de una asamblea constituyente; además de una serie de hechos que consideran como violatorios de los DDHH y el estado de derecho.
“Se ha venido implantando una fórmula de tiranía que se corrobora con hechos que pueden calificarse de genocidio, como la masacre de Tumeremo, estado Bolívar, donde fueron asesinados 18 mineros, varios de ellos decapitados, y la masacre en la zona de Higuerote, estado Miranda, hace año y medio, así como las actuaciones de la Operación de Liberación del Pueblo”, destacó Gutiérrez.
Sostuvo que todo esto, aunado a la ausencia de los preceptos democráticos en la conducción del país, “hace pensar que estamos en una situación muy delicada que fuerza a todos los venezolanos a una acción política importante”.
Juan Barreto (chavismo originario), admite que el chavismo es variado, pero defiende que hace falta una hoja de ruta para salir de lo que llama “el laberinto” de la crisis que vive el país. En este sentido señala que los otros movimientos carecen de ella
“Cuando decimos originario no estamos diciendo quién llegó primero, o si Diosdado (Cabello) y (Nicolás) Maduro, no lo son. Todo el que se sienta chavista bienvenido sea. Nadie tiene el monopolio ni la propiedad privada sobre Chávez; él mismo lo decía, ‘Chávez ya no soy yo, ya no me pertenezco’. Eso de estar discutiendo quién es más chavista me parece inútil y ocioso porque ese no es el debate que estamos proponiendo”, expresó.
Explicó Barreto que, como el peronismo, el chavismo posee una gama amplia que va desde la derecha hasta la izquierda (en el espectro político), y que esto es así porque Chávez hizo una convocatoria amplia, democrática y abierta donde estaba un Luis Miquilena (que venía del liberalismo), un José Vicente Rangel (que era socialdemócrata), hasta unos William Lara y Aurora Morales “que venían del Partido Comunista de Venezuela”.
Sin embargo, el dirigente advierte que algo ha pasado en el chavismo cuando varias de las luchas populares que se desarrollan en busca de reivindicaciones se hacen llamar chavistas pero no se ven reflejados en las políticas del Gobierno. “La marcha de los campesinos, (las protestas de) los trabajadores petroleros y los de Corpoelec se dicen chavistas. Haría falta un poquito más de humildad de quienes están hoy en el poder para ver si hay congruencia entre lo que dice la calle, lo que se reclama de Chávez, y lo que el Gobierno lleva a cabo”, afirmó.
En esta misma tónica, el DDT rescata que Chávez visibilizó a quienes no habían sido visibilizados, tuvo una preocupación social y por erradicar la pobreza, aunque por caminos equivocados y que el gran legado es la Constitución de 1999, que considera que aglutina a la mayoría de los venezolanos excepto a un sector del Gobierno que la quiere cambiar.
“Hay millones que se han ido del madurismo, que es una versión totalitaria, aberrada y perversa de lo que puede considerarse el chavismo. Lo más serio que dejó Chávez fue la Constitución y éstos la quieren acabar y la violan sistemáticamente”, afirmó la fuente cercana a Rodríguez Torres.
Detalló que este movimiento comienza a conformarse después que sacan del ministerio del Interior al mayor general: “El último año y medio de Chávez aquí no hubo gobierno. Todo el mundo raspaba la olla, se destapó la rivalidad entre los grupos y este grupo de Maduro y Tarek El Aissami son los que toman el poder donde hay una persecución y criminalización de la disidencia”.
Para el DDT el punto de quiebre definitivo es la elección de la ANC: “Fue una elección fraudulenta que no ha sido refrendada por el pueblo, que es lo que ordena la Constitución. Para nosotros todo lo que haga (la ANC) es espúreo e ilegal”
Precisamente allí está la principal diferencia con el chavismo originario: “Ellos (los originarios) reconocen a la ANC y hay un sector de la oposición que está jugando a eso. Es una especie de chavismo a la medida del Gobierno; es para atrapar a la gente que se está yendo y tenerlos defendiendo al Gobierno”.
Freddy Gutiérrez (PDC) también manifestó sus dudas sobre la autenticidad del deslinde del chavismo originario. “Decirse chavista es porque a alguien le conviene llamarse así. Toda la expresión chavismo presenta muchas ambigüedades. La única piedra dura que se puede tocar, lo único que puede alinear a sectores de la oposición y de quienes respaldaron alguna vez a Hugo Chávez es la defensa de la Constitución”, insistió.
Sobre el punto de inflexión en el que el proceso bolivariano dejó de ser el planteado en un principio, Gutiérrez señala que la desviación se concretó luego de la muerte de Hugo Chávez, porque el mandatario, a su juicio, conservó en su gestión algunas características democráticas. “El hecho de haberse sometido a un referendo evaluatorio y haber resultado favorable habla bien de él y de una subordinación a las normas constitucionales. Ahora bien, sí hubo fórmulas que aplicó que dejaron mucho que desear y el hecho de ver a la República como una herencia y definir quién es el ungido para ostentar el cargo, creo que fue equivocado”.
“Con el chavismo viene ocurriendo también un agotamiento, una falta de renovación de cuadros y del discurso, un enquilosamiento, un burocratismo”, defiende el DDT
Para Barreto es imposible hablar de un punto determinado en que el proceso bolivariano no lo fue más. “Es lo que se llama un devenir. Son derivas que van tomando los procesos, que a veces son imperceptibles, están allí incubándose y que nadie percibe porque la dinámica política lo impide. Es como preguntar en qué momento se perdieron las consignas democratizadoras y reivindicadoras que acompañaron la caída de Marcos Pérez Jiménez. La democracia representativa llegó con unas promesas, unas consignas reivindicadoras de lo popular nacional y poco a poco se fue degradando. Con el chavismo viene ocurriendo también un agotamiento, una falta de renovación de cuadros y del discurso, un enquilosamiento, un burocratismo. El contralor que acaba de renunciar (Manuel Galindo) afirmó que continuaba una acentuada corrupción, así que son una serie de distorsiones que fueron quebrando la estructura ósea del discurso de Chávez”.
El desenlace
Los tres movimientos avizoran, aunque de diferente manera, un cambio político en un futuro no muy lejano, y en el caso del DDT y el chavismo originario apuntan al 10 de enero como una fecha clave para el punto culminante de la difícil situación nacional.
“A Maduro le queda el 10 de enero, porque se cumple su mandato. (Él) está desesperado tratando de negociar con todo el mundo. Hay un sector de la oposición que está reuniéndose con representantes de él y se habla de realizar unas elecciones en marzo de 2019 en las que Maduro no va a participar, sino que iría (el actual gobernador del estado Miranda) Héctor Rodríguez. Mientras eso sucede la oposición no se pondría de acuerdo (en un candidato) y ganaría nuevamente el Psuv”, explicó la fuente del DDT.
La propuesta del movimiento es que se convoque un gobierno de transición en el que participen los sectores de la sociedad, el productivo, el de los trabajadores y el académico, entre otros, respaldados por la Fuerza Armada Nacional (FAN).
“Tiene que ser un gobierno fuerte y ¿quién da la fuerza? La Fuerza Armada, y el único que puede unificar a la FAN es Rodríguez Torres”, aseguró.
El chavismo originario descarta una salida inminente del gobierno del presidente Maduro: “¿Qué decimos nosotros? Que la oposición reconozca a la ANC y que el Gobierno dé la concesión de desbloquear el juego sacando del desacato, que está en la ley pero no puede ser eterno, a la Asamblea Nacional (AN) convocando a elecciones (de cuatro diputados suspendidos) en el estado Amazonas; entre las dos crean una comisión legislativa, como el congresillo de 1999 y el pueblo organizado, con representación directa y soberana, junto a la comunidad internacional, como mediador y garante, reinstitucionaliza el país con un pacto de convivencia que signifique el reconocimiento de la Constitución, e inmediatamente iríamos a un período de depuración, de rehacer las instituciones, Consejo Nacional Electoral, Tribunal Supremo, un fiscal equilibrado, y vamos a un plan económico concertado, con los trabajadores y empresarios y si la comunidad internacional es árbitro y mediador también tendrá que quitar las sanciones”, precisó Barreto.
La PDC, por su parte, no lo ve tan claro. “Estoy convencido de que la población debe empoderarse del artículo 333 de la Constitución, que establece que cualquier venezolano investido de autoridad o no, debe colaborar en el restablecimiento de la vigencia de la misma. El orden constitucional está comprometido y los venezolanos estamos en estado de aturdimiento, pero el aturdimiento es temporal”, contestó Freddy Gutiérrez.
Por este proceso de salir de la somnolencia, Gutiérrez no ve como fundamental la fecha del 10 de enero. “Yo diría que estamos desde ya en un proceso de parto de la sociedad y no sabemos cuándo logrará dar a luz. El país ha vivido muchas frustraciones, no me engarzo a una fecha, pero no se puede desdeñar a la misma porque va a significar que el Gobierno no va a ser reconocido por la mayoría de los países del continente”.
Barreto advierte que si no se concreta la hoja de ruta el panorama será abrumador a partir del próximo año: “El Gobierno tiene un grave problema y es que ha caído la producción petrolera y la producción de oro y coltán todavía no es suficiente como para compensar la caída.
En este sentido, llama la atención en que recuperar la industria de hidrocarburos no es un hecho inmediato. “La producción es de un millón de barriles, una parte se la vendemos a Petrocaribe, otra va al Fondo Chino y el resto son 400 mil barriles que vendemos a los gringos, pero le compramos gasolina así que no nos beneficiamos del aumento del petróleo. Si no suben los precios del petróleo vamos a colapsar si el Gobierno no sube a su vez el precio de la gasolina, pero ¿a cuánto la puede subir? El costo de producción es 0,70 dólares y se vende internacionalmente en 1,50 y hasta a dos dólares. Imagínate que el Gobierno diga que la va a poner a 0,5 de dólar, a 200 (bolívares soberanos) da 100 bolívares por litro; un tanque son 50 litros, así que serían 5.000 bolívares, que puede durar cuánto ¿Una semana? Necesitas cuatro tanques al mes y ¿quién va a poder pagar cinco mil bolívares mensuales? Así que el transporte público se va a acabar, el de verduras y alimentos, así como el aéreo. Es el fin de la economía. ¿Qué va a pasar con la industria eléctrica? Si sigue colapsando se acelera el colapso de la industria petrolera y si subes la gasolina se dispara el costo de la electricidad. Luego del 10 de enero hay 90 países que no reconocen a Maduro, pasa a ser ilegítimo y entramos en una turbulencia sin límites”, concluye Barreto.
Tal Cual