Cuando la muerte ronda, los espíritus “buenos” o “malos” se manifiestan de distintas maneras. Cuando es de un espíritu malo, los espacios se reducen a su más mínima expresión; la esperanza no solo la pierde el moribundo, sino quienes le acompañan en la comparsa. Dicen que cuando un “espíritu malo” actúa de manera insoslkayable las consecuencias son dramáticas, y, si estas se desarrollan, lógicamente, sin la presencia de DIOS, son irreversibles.
El “comandante eternamente enterrado” comenzó a tener contactos con sectas satánicas como: babalaos, paleros, lukumi, entre otras maldiciones del demonio en Cuba; por influencia determinante de Fidel y de Raúl, se adentró en el mundo del sincretismo religioso y aceptó un camino que lo llevó a la destrucción moral psíquica y física; sin proponérselo, aceptó un espíritu malo a nivel de su conciencia y de sus acciones.
La obsesión por el poder que llevó a cabo, destruyendo todo a su lado, sin consideración ni misericordia por el pueblo venezolano, es el dominio que los malos espíritus ejercen sobre las personas con el fin de enseñorearse de ellas y someterlas a su voluntad por el placer que experimentan causando daño. El espíritu malo es perverso y dañino, arrastra a las personas como si la tuviera dentro de una red, paralizada a su voluntad, le obliga a cometer extravagantes, a pesar suyo; en una palabra, le magnetiza, le produce la catalepsia moral y entonces el individuo se convierte en ciego instrumento de los gustos del espíritu.
El engendro heredero y diablodado, por mandato de los satánicos cubanos, asumieron las normas preestablecidas antes de su muerte, por el fundador del régimen maligno; y, siguieron con el “espíritu malo” incorporado, al pie de la letra esas malvadas indicaciones. De allí ese trato malévolo y satánico con la sociedad en general, ya que ésta con la fuerza indetenible del soberano y con el apoyo inequívoco de Dios tiene al “espíritu malo”, moribundo, casi en su último resuello.
En los próximos días se marcará un estadio de renovación en el contexto global: político, económico, social, ético, religioso y una victoria indiscutible del “espíritu bueno”. Venezuela es una tierra bendecida por Dios y por la Virgen María; y ellos no permitirán que la maldad del “espíritu malo” brille en sus acciones naturales, como es el comunismo. Es hora de la construcción de una sociedad donde los valores morales de sus principales dirigentes estructurales sean el NON PLUS ULTRA de sus acciones; es la hora de enterrar al “espíritu malo” y para ello es necesario salir del engendro y de toda su estructura delincuencial -robo del erario público, persecución política aberrada, narcotráfico, odio visceral a la familia y a la iglesia-, que la conforma. El bien siempre triunfa sobre el mal.
Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com