Tres son las principales características del chavismo en su proceloso paso por nuestra historia; Corrupción, ha dilapidado no solo en boom petrolero más alto y sostenido de la historia, sino que sin temblor en el pulso también ha echado mano a nuestras riquezas minerales sin controles, auditorias, al margen de todas las regulaciones. Asimismo, los gobernantes rojos, sus allegados nacionales y foráneos, están vinculados con faraónicos hechos de corrupción global, como los casos de Panamá Paper y Odebrecht, así como por lavado de dinero por infinidad de transacciones nacidas sombríamente.
Desidia, la partidización de la institucionalidad ha desprofesionalizado la labor pública, el nepotismo rojo sustituyó licenciados y doctores por compadres, hermanos, amigos del “soviet chavista”, sin olvidar la imposición de militares usurpando cargos civiles para los cuales no han sido adiestrados. Pero no solo eso, las calamidades que afronta el pueblo en nada son prioridades para la diligencia roja rojita, para estos lo primero, lo segundo y lo tercero son las necesidades del partido, del Psuv. Es por ello que observamos comunidades anegadas en problemas, pero en sus consejos comunales y demás asambleas se les obliga tertuliar sobre las líneas de partido, del gobierno, a fin de obtener una bolsa de comida o un bono. Mismo escenario se replica en toda la institucionalidad de Venezuela convertida, desde el momento en que usted pisa un ministerio, gobernación, alcaldía o instituto, en un museo alegórico a Chávez y sus cofrades por igual autoengrandecidos.
Destrucción es el tercer rasgo, por toxicidad ideológica se quiso destruir el aparato productivo privado, con éxito por demás, a fin de arrastrar a los venezolanos a la esclavitud de las dádivas gubernamentales, como en Cuba. Como el mismo Chávez lo confesara, creyeron (por falta de conocimiento en el tema) que el barril de petróleo jamás bajaría y sería una fuente in crescendo e inagotable de divisas, como sabemos, apenas se estancó el precio, cayó y se destruyó Pdvsa el fracaso del socialismo de siglo xxi ya no se pudo financiar/ocultar dejando vislumbrar lo que realmente es; considerando todo el potencial con que cuenta Venezuela, un fracaso como pocos los ha habido en el mundo.
No solo el chavismo destruyó Pdvsa sin posibilidad de endilgar culpas a terceros, como bien lo confesara Freddy Bernal, sino que llevaron a la ruina todas las empresas expropiadas que en manos de sus legítimos dueños funcionaban exitosamente, también destruyeron los sistemas nacionales de electricidad (un elefante blanco), de salud, de educación, la CVG y todo cuanto han tomado legal e ilegalmente, la destrucción es una facultad sorprendente en el chavismo, valga decir, hasta las familias venezolanas las destruyó por rencillas políticas apuntilladas en odio, por forzosa emigración.
La corrupción, la desidia y la destrucción hoy le pasan factura a un chavismo en extinción interna e internacionalmente, que se autoaniquiló, que padece las consecuencias de sus actos, atiborrado en sanciones internacionales y con un meritorio rechazo popular, sin posibilidad alguna de salir del insondable pozo que él mismo cavó. El que el chavismo se haya basado en el castrismo cubano y no en las bondades de la venezolanidad lo convirtieron en un estruendoso fracaso multiplicador de patologías políticas, sociales, económicas dentro y fuera del país… por eso cuenta agónicamente sus últimas horas.
Leandro Rodríguez – @leandrotango