La Liga española (LFP) anunció este lunes que renuncia a su deseo de que Barcelona y Girona disputen un partido del campeonato español en Miami en enero, aunque seguirá con sus acciones judiciales para lograr que se “pueda jugar un partido fuera de España”.
“Desde el primer momento manifestamos que la participación en el partido es voluntaria y si el FC Barcelona manifiesta su deseo voluntario de no acudir, este partido previsto en Miami no se podrá realizar en la fecha acordada”, afirmó la LFP en un comunicado.
La reacción del campeonato español llega después que en la noche de este lunes, el Barcelona anunciara que su directiva decidió “dejar sin efecto su disposición a jugar en Miami el partido contra el Girona FC, tras constatar la falta de consenso existente en torno a esta propuesta”.
El equipo azulgrana se muestra aún favorable a la iniciativa y a que “los beneficios se repartieran entre todos los Clubes de Primera y de Segunda División, siguiendo el mismo criterio de reparto de los derechos de televisión”.
“Pero considera que mientras no se alcance un acuerdo entre todos los agentes implicados, este proyecto no podrá prosperar”, concluye el Barcelona.
El equipo azulgrana, junto al Girona, habían mostrado su disposición inicial a jugar su partido de la 21ª jornada liguera española el 26 de enero en el Hard Rock Stadium de Miami.
El encuentro se enmarcaba dentro del acuerdo concluido por la Liga de Fútbol Profesional española (LFP) con la empresa norteamericana Relevent, que supone la creación de una ‘joint venture’ para desarrollar la marca LaLiga en Estados Unidos.
Este acuerdo prevé la celebración de partidos del campeonato español en Estados Unidos durante los próximos 15 años.
Oposición de la Federación Española
Sin embargo, la iniciativa, defendida a capa y espada por el presidente de la LFP, Javier Tebas, se había encontrado con el rechazo de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales y del sindicato de jugadores españoles AFE.
Para llevar a cabo el partido, la Liga española debe obtener autorización de la RFEF, de la federación estadounidense de fútbol, así como de la UEFA y de la Concacaf, los organismos dirigentes del fútbol europeo y norteamericano.
La FIFA también se mostró en contra de este encuentro por medio de su presidente, Gianni Infantino, quien advirtió que la “FIFA no autorizará la disputa de este partido ni en Estados Unidos ni en ninguna otra localidad que el estadio del Girona”.
Pese a reconocer que no podrá jugar en enero, el campeonato español aseguró este lunes que “el proyecto de LaLiga con Relevent, firmado a 15 años vista, sigue adelante” y se muestra confiado en que “en el periodo más breve posible, LaLiga disputará un partido oficial en USA”.
La LFP había acudido a los tribunales en Madrid por la vía mercantil para poder llevar a cabo el encuentro, solicitando como medida cautelar que la justicia permitiera la celebración del encuentro en Miami.
Según la prensa española, la Liga alega que la RFEF pretende tener el monopolio de los partidos del negocio del fútbol, lo que atentaría contra la libre competencia.
Tras la renuncia del Barcelona, la Liga española “continuará con la demanda prevista para reclamar que se puede jugar un partido fuera de España, aunque retira la medida cautelar referente al partido concreto del 26 de enero”, afirma el comunicado.
AFP