Junto con el atún, el bonito, el salmón y el boquerón, las sardinas son uno de los pescados azules más populares y consumidos en España. ¿Y cuál es la principal diferencia entre el pescado azul y el blanco? Su contenido en grasa, mayor en los azules (motivo por el que resultan más sabrosos).
Valor nutricional (cantidad 100 g):
– Calorías: 208
– Grasas totales: 11 g
– Colesterol: 142 mg
– Sodio: 505 mg
– Potasio: 397 mg
– Hidratos de carbono: 0 g
– Proteínas: 25 g
Las sardinas, como el resto de pescados azules, son ricas en ácidos grasos omega-3, elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo pero que “el cuerpo no puede producir por sí solo, de tal manera que los debe obtener de los alimentos”, recoge MedlinePlus, la web de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.
Beneficios de las sardinas
Las sardinas son ricas en ácidos grasos omega-3, esenciales para el organismo
Los omega-3 son beneficiosos para el corazón, ya que poseen efectos antiinflamatorios y anticoagulantes, ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y también contribuyen a bajar la presión sanguínea.
Una ración de sardinas, según la Fundación Española de Nutrición, “casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población”. Y además, su aporte proteico es de alto valor biológico, por lo que son un plato más que recomendable si queremos llevar una dieta equilibrada y sabrosa.
Sardinas
Son también ricas en fósforo, selenio, yodo, hierro y magnesio
Las bondades de la sardina no terminan aquí: también esrica en minerales, sobre todo fósforo, así como selenio, yodo, hierro y magnesio. Contiene algunas vitaminas del grupo B como la B12, la B6 y la niacina, así como cantidades significativas de vitaminas liposolubles E y D (que ayuda a absorber el calcio).
Podemos encontrar sardinas frescas todo el año, peroentre julio y noviembre su pesca es más abundante.Es un pescado que suele medir entre 15 y 20 centímetros, aunque existen ejemplares que pueden llegar a los 25 centímetros.
¿Cuándo comer sardinas?
El mejor momento para tomarlas es entre julio y noviembre
Jugosas y sabrosas si se preparan bien, las sardinas admiten múltiples elaboraciones culinarias: en escabeche, a la plancha, a la parrilla, al horno (para evitar las humaredas y los olores), fritas, rebozadas, en papillote, rellenas o en conserva. En este último caso contienen una mayor cantidad de calcio porque entonces ingerimos la espina, que se deshace en la boca.
Lara Lombarte, nutricionista de Coaching Nutricional, considera que las latas de pescado azul, como las sardinas, deben formar parte de nuestro fondo de armario culinario. Solo deben evitarlas o moderar su ingesta quienes padecen hiperuricemia o gota, porque su elevado contenido en purinas favorece la presencia de ácido úrico.
La Vanguardia