Como muchos conocen el próximo 10 de enero terminaría el mandato de Maduro. Sus opositores dicen que como no se han hecho elecciones legítimas no tendremos presidente ese día y además la AN ya lo había declarado en abandono de cargo y el TSJ en el exilio lo condenó a 18 años de cárcel. Los partidarios de Maduro dicen que sí fue electo en unas elecciones “ligeramente” adelantadas en mayo pasado y que, por lo tanto, el 10 de enero seguirá como presidente de Venezuela.
Lo cierto es que la fecha se ha convertido en foco de atención para los ciudadanos quienes cruzan los dedos a ver si pasa algo que saque al régimen de Miraflores, pero también lo es para los rojos que andan muy nerviosos por las posibles consecuencias. Es difícil hacer un pronóstico sobre lo que va a pasar, pero si podemos poner sobre la mesa los chismes que circulan.
El más duro de los chismes es que la presión internacional subirá de tono hasta desconocer a Maduro y varios países romperían relaciones a partir de 10E. Esto tiene mucha aceptación, aunque algunos opinan que dejarles el patio interno libre a los rojos sería un error tal como pasó en Cuba. La gente de Maduro se ha movido para aumentar su apoyo externo y, por su parte, los gringos han mostrado los dientes amenazando con declarar a Venezuela como protectora del terrorismo cosa que, según los entendidos, le daría autorización a Trump para intervenir. También la Corte Penal Internacional es una carta lenta pero buena y Almagro un aliado extraordinario. La UE que no moja, pero empapa, también anda fabricando un grupo grande con países de la Unión y Latinoamérica que maneje una posible salida.
En lo interno continúa el cuento de la búsqueda de la unidad política cosa con la que “todos los partidos estamos de acuerdo, siempre y cuando los otros hagan lo que yo digo”. Bueno, parece que sí hay algunos intentos de acercamiento, pero nada que emocione. Se habla de elegir una junta de transición de manera que se ordene el accionar político interno y, en lo externo, los otros países tengan, al fin, uno solo tipo con quien hablar.
Algunos estiman que una junta de transición terminaría en el exilio y que es preferible presionar al régimen para que se forme un “algo” que gobierne temporalmente y con representantes del gobierno tal como lo hicieron los chilenos calándose a Pinochet como jefe de las Fuerzas Armadas durante muchos años.
Los entendidos en asuntos constitucionales afirman que la falta de presidente en enero debe solucionarla la Asamblea Nacional y nombrar a alguien que cumpla esa labor provisionalmente para que luego llame a elecciones. Los del régimen podrían jugar al truco y solicitar a la AN que juramente a Maduro y si no lo hace (nunca lo haría) podría juramentarse ante su TSJ buscando enredar la cosa. Una nueva elección presidencial con un nuevo CNE también es una opción en la mesa. También el régimen podría jugar a una renuncia anticipada de Maduro y reemplazarlo con el vicepresidente de turno como método de bajar las presiones y hacer parecer que las cosas van a cambiar.
Por supuesto hay muchos que opinan que se debe “calentar” la calle y volver a las manifestaciones y protestas duras tal como se hicieron en el pasado, otros opinan que se debe utilizar el 10E como una razón más de convocatoria a un gran paro nacional de protesta. Una especie de todos en casa hasta que se marche.
Con esta balumba de opiniones y propuestas es difícil imaginarse un curso de acontecimientos con el añadido de la situación económica desastrosa que empeora todos los días, por lo que algunos opinan que el régimen terminará fracturándose o hasta que surgirá un gran follón popular que vendrá con todo y anarquía. Por supuesto también están los que apuestan a un alzamiento militar suave estilo Larrazábal y otros “bien dateaos” cuentan que este diciembre saldrán nuevos nombres de involucrados en desfalcos al tesoro que harán temblar al régimen.
La noria de la historia definirá la película. El conocido periodista Óscar Yanes decía que todos los problemas políticos graves de Venezuela siempre se han resuelto mediante un suceso el cual nadie anticipaba. Veremos esta vez. Lo principal es que la lucha sigue y con mucha energía.
Y no hay duda que vamos a ganar.
Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es