Con una peregrinación que partió desde la iglesia de Tanaguarena, en Caraballeda y con destino a Carmen de Uria, en Naiguatá, decenas de varguenses conmemoraron los 19 años de la tragedia de Vargas, que se cumplieron este domingo 16 de diciembre.
Nelson Galvis, docente y organizador de la actividad, menciona que “hoy estamos recordando esos momentos desagradables y ahora tenemos otro tipo de óptica sobre lo que ocurrió aquel fatídico día”.
“La peregrinación nació en el año 2000 en principio como una protesta sobre todo por parte de la comunidad de Macuto ante la falta de respuestas efectivas en cuanto a los servicios básicos como agua, electricidad, la canalización de los ríos, gas y seguridad. Por eso se nos ocurrió la idea de recorrer en esta fecha los sitios más afectados en reclamo por lo que estamos padeciendo”.
Recuerda que en principio arrancaron de la iglesia San Sebastián de Maiquetía. “Rezábamos un rosario y partíamos a la Catedral de La Guaira, luego a Macuto, Los Corales donde incluso se desconoce la cantidad de gente que falleció y después a la iglesia de Caraballeda. Eso se hace los días 15 y el 16 se sale de Tanaguarena a Carmen de Uria. De este último lugar tampoco se tiene la cifra exacta de muertos”.
De ese fatídico día refiere que en Macuto las familias fueron testigos de una inmensa ola de barro con gran cantidad de piedras y con un ruido estruendoso que arrasaba con todo, pero en Carmen de Uria “el río vino por debajo y levantaba las casas de hasta tres pisos. Imagínense la magnitud de aquello”.
Galvis menciona que la crisis que vive el país también ha impactado este tipo de peregrinación. “Por ejemplo, la crisis del transporte ha impedido a la gente sumarse al cronograma. Incluso este año cambiamos el recorrido, que no salió de Maiquetía, sino de Tanaguarena”.
Precisa que la misa de acción de gracias la oficiará el padre Alberto Castillo. “Se trata de una misa muy linda, de piedad, de llevar consolación a las familias. Luego salimos a la playa a rezar por sus seres queridos. Tenemos 18 años caminando como parte de esta peregrinación”.
Aprovecha de pedirle al Presidente, al Gobernador y al Alcalde “no dejen morir esta tradición, esta actividad. El propio García Carneiro se había comprometido a los 10 años de ocurrida la tragedia a recuperar la iglesia de Carmen de Uria, pero solo se quedó en eso. Sin embargo, este templo debe preservarse. Sabemos que hay una situación económica precaria, pedimos que por lo menos podamos recuperar la infraestructura”.
“Fue horrible ese día: desesperante, agobiante, impredecible, trágico. Vivía en la cuadra Valmore Rodríguez, conocida como la calle de la iglesia, a las 6:00 am del 16 fue que ocurrió el evento más terrible. Gracias a esta iglesia estamos vivos”, cuenta la catequista Margarita Hernández, quien da gracias a Dios por estar viva. Mientras que Fátima Texeira de Pereira manifiesta que “el 16 fue un día muy triste pues perdí a parte de mi familia. Estaba lloviendo mucho. Todos nos encontrábamos juntos y mi esposo entró en colapso y nos tocó lanzarnos para luchar por nuestras vidas. Tocó subir a la montaña donde habíamos más de 100 personas. Gracias a Dios perdimos todo, pero no nos quitó la vida”.
Julio Díaz, sobreviviente que se ha encargado de la recuperación de la iglesia por sus propios medios, dice que todos los 16 son un punto de reencuentro. Lamenta la poca asistencia de las familias por la difícil situación del país, pero los invita a todos a volverse a ver en 2019. “Le pedimos a las autoridades que no olviden que aquí hubo una comunidad que sobrevivió y que tiene proyectos de habitabilidad. Queremos lograr mucho por Uria y no queremos que esto termine de desaparecer. Los pueblos siempre renacen”.
El Universal