Saturno está perdiendo sus anillos de una manera acelerada, confirmó la NASA en un nuevo estudio que tomó como base información obtenida a través de las naves Voyager 1 y 2.
Según la investigación, los anillos de Saturno están siendo arrastrados por la gravedad del planeta como una «lluvia polvorienta de partículas de hielo» y desaparecerán totalmente en 100.000 años.
James O’Donoghue, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA, precisa que dicha ‘lluvia de anillos’ lleva una cantidad de agua que podría llenar una piscina de tamaño olímpico en media hora, publicó elcomercio.pe.
Según datos de la sonda Cassini, el material que cae en el ecuador del planeta es aún mayor, por lo que los científicos creen que a los anillos les quedan menos de 100 millones de años.
Aunque 100.000 años parezca mucho tiempo, en realidad es un plazo relativamente breve si se tiene en cuenta que Saturno tiene más de 4.000 millones de años.
Los anillos de Saturno están compuestos por roca y en una mayor parte por trozos de hielo. Estos últimos varían en tamaño desde granos microscópicos hasta estructuras de varios metros de ancho.
Los científicos aún no saben si Saturno se formó con los anillos o si el planeta los generó más tarde. La nueva investigación favorece este último escenario.
«Tenemos la suerte de poder ver el sistema de anillos de Saturno en medio de su vida útil. Sin embargo, si los anillos son temporales, tal vez nos perdimos los gigantescos sistemas de Júpiter, Urano y Neptuno, ¡que hoy solo tienen rizos delgados!», añadió O’Donoghue.
¿Cómo mantienen su forma?
Investigadores de la Universidad de Cornell, en Nueva York (EE.UU.), descubrieron en 2017 que los anillos de Saturno mantenían su forma gracias a un trabajo en equipo entre sus lunas.
Los astrónomos sabían que el anillo más grande, denominado B, mantenía su forma gracias a la fuerza gravitatoria de la luna Mimas. Sobre el anillo A -que está en una órbita más lejana- se atribuía la misma función a la luna Jano, más pequeña que Mimas.
Sin embargo, gracias a datos proporcionados por la sonda Cassini, los investigadores descubrieron que Jano sola no podía estar haciendo todo el trabajo.
«Jano lo hace con ayuda de otras seis lunas: Pan, Atlas, Prometeo, Pandora, Epimeteo y Mimas… todas estas lunas trabajan en equipo para contener el anillo. Juntas son fuertes», explicó Radwan Tajeddine, investigador asociado en astronomía y autor principal del estudio publicado en la revista Astrophysical Journal.
Agencias