En diciembre de 2017, las autoridades del condado de Whatcom (Washington, EE.UU.) lograron resolver el misterio de la muerte de una joven que fue asesinada a finales de la década de 1980 y capturaron al presunto responsable. Ahora, un año después, una lata de Coca-Cola ha sido aceptada por los tribunales como prueba clave en el caso, y finalmente se ha dado a conocer el día del juicio, informó The Bellingham Herald.
Amanda Teresa Stavik, de 18 años, desapareció el 24 de noviembre de 1989 en el área de Acme (Whatcom) mientras corría. Tres días después, su cuerpo fue encontrado flotando en un río a varios kilómetros de su hogar. ‘Mandy’, como cariñosamente se le conocía, había sido secuestrada, violada y asesinada.
Desde entonces la Policía emprendió una ardua investigación por todo el estado en la que participaron generaciones de detectives durante los cerca de 28 años de búsqueda. Se recolectaron miles de pistas y se creó un perfil de ADN a partir del semen encontrado en la víctima. La oficina del alguacil realizó una campaña para recolectar el material genético aportado voluntariamente por al menos 50 personas del área donde vivía la adolescente, pero ninguna de ellas coincidía con el perfil del asesino.
Cabo suelto
Timothy Forrest Bass, uno de los cientos de potenciales sospechosos, fue contactado por los oficiales dos veces, pero en ambas se negó a dar su muestra de ADN y las pruebas en su contra no eran lo suficientemente concluyentes como para obligarlo. Su reacción despertó sospechas y llevó a los expertos a interesarse por su vida.
En 2013, luego de constatar que Bass trabajaba como repartidor en una panadería del condado, en la ciudad de Bellingham, los policías solicitaron a la compañía una copia de su ruta de entrega y un permiso para recolectar muestras de su vehículo de trabajo. Sin embargo, la empresa decidió no entregar la información sin una orden de registro.
La prueba reina
En 2017, uno de los detectives decidió regresar al local, donde una compañera de trabajo de Bass lo reconoció y accedió a proporcionarle la ruta de entrega de este sujeto y el tiempo que generalmente tardaba en cada área. Además, la propia mujer manifestó que conocía el caso y que estaba dispuesta a observar al sospechoso e intentar recolectar algún material valioso. Fue así como se le ocurrió aprovechar un descuido de Bass, y el 10 de agosto de ese año, recogió de la basura un vaso plástico y una lata de Coca-Cola que su colega había arrojado.
Los resultados de criminalística señalaron que el ADN de Bass en la gaseosa y el semen de la escena del crimen tenían una coincidencia de 1 en 11 millones de trillones. Entonces, el 12 de diciembre de 2017, Bass fue arrestado y acusado de asesinato en primer grado.
La defensa del sospechoso presentó una moción para suprimir las pruebas argumentando como ilegal la manera en que fueron obtenidas. No obstante, el pasado agosto la corte concluyó que la empleada fue quien propuso la idea de recolectar la muestra y lo hizo por su cuenta, sin verse obligada o presionada por las autoridades. Por tanto, la prueba de ADN podrá usarse para el juicio, que comenzará en abril de 2019.
RT Actualidad