Víctor Manuel González, de 48 años de edad, sacerdote del Santuario Mariano Diocesano de la Divina Pastora que se encuentra ubicado en la comunidad de Lagunitas del municipio Ricaurte en Cojedes, fue brutalmente golpeado cuando dos sujetos desconocidos lo sometieron para robarle sus pertenencias. El hecho tuvo lugar cerca de las 11:30 de la noche de este 24 de diciembre, cuando llegaba a la casa parroquial.
José Manuel de Jesús Ferreira, sacerdote de la Iglesia San Juan, contó que el párroco ofició la tradicional misa de Navidad y luego se dirigió a la Casa Hogar Madre Teresa de Calcuta, lugar de acogida de personas sin hogar para compartir con las monjas y los que se encontraban en el sitio.
Destacó que luego de terminada la cena fue hasta la casa parroquial y al llegar a la puerta, fue sorprendido por dos sujetos que intentaron, bajo amenaza de muerte, despojarlo de sus pertenencias. El sacerdote se resistió al robo, por lo que los delincuentes lo golpearon salvajemente con una plancha, lo amarraron, le quitaron su teléfono celular, algunas de sus pertenecías y huyeron del sitio.
Indicó que el párroco gritó pidiendo ayuda y unas personas que se encontraban cerca escucharon los quejidos y lo auxiliaron, por lo que fue trasladado al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de Lagunitas, pero la magnitud de sus lesiones tuvo que ser referido a un centro de salud privado de San Carlos.
El párroco agredido es el responsable del Santuario Mariano Diocesano de la Divina Pastora, patrona de los cojedeños | Foto: Archivo
Ferreira contó que el padre fue diagnosticado con traumatismo craneoencefálico y presenta al menos cinco heridas en la cabeza. Sostuvo que está fuera de peligro, pero sigue recluido en una clínica del centro de la capital cojedeña.
“La intención de esta persona era desvalijar la casa y robarse el carro. Gracias a Dios que la cosa no pasó a mayores. No es posible que estas cosas sucedan en Venezuela y más con un sacerdote”.
Jhonnatan Páez, vecino de Lagunitas, condenó el hecho y dijo que esto forma parte del día a día de las personas en ese lugar. “Esto pasó de ser un pueblo sumamente tranquilo donde las personas dormían con las puertas de sus casas abiertas a ser dominado por el hampa. Aquí desvalijan las casas en plena luz del día”.
Páez pidió a las autoridades municipales y a la alcaldesa a reforzar la seguridad de la zona, pues la ciudadanía está a merced de la delincuencia.
Se conoció que funcionarios de del Centro de Coordinación Policial de Policojedes investigan el caso, para dar con los responsables de este hecho.
El Pitazo