Una crisis sin precedentes en el país. En hiperinflación, un conflicto político y social que se mantiene sin solución, llevaron a Venezuela al peor momento de su historia republicana, de acuerdo con el historiador Rafael Arráiz Lucca.
Sobre este escenario Efecto Cocuyo conversó con el profesor de la Universidad Metropolitana e individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua. En búsqueda de respuestas a la actual situación, el maestro Lucca realizó un recorrido por la historia venezolana.
¿Cuándo comenzó la corrupción en el país?
Para entender el tema de la corrupción en Venezuela hay que remontarse a nuestros orígenes coloniales. Ya en el período colonial podemos registrar varios hechos de corrupción encabezados por unos gobernadores de las provincias, que tienen problemas con el Cabildo, que incurren en abusos de sus funciones, que se extralimitan, que confunden el patrimonio público con el privado.
Ya después, con la fundación de la República y el ensayo del Estado liberal, se presentan hechos de corrupción importantes a lo largo de todo el siglo XIX. No podemos enumerarlos todos, pero quizá el más resaltante es el de Antonio Guzmán Blanco con los ferrocarriles, donde en varios de los contratos Guzmán Blanco cobra un porcentaje por el otorgamiento de la concesión.
Durante las dictaduras hubo mucha corrupción. En la dictadura del General Gómez es evidente. Después, en la dictadura de Pérez Jiménez también se presentaron muchos casos de corrupción. Y cuando nace la democracia representativa, con base en el Pacto de Puntofijo y la presidencia de Betancourt, había mucho celo en que los manejos públicos fuesen impolutos e impecables.
De modo que durante ese segundo Gobierno de Betancourt, el de Leoni y el primer Gobierno de Caldera los hechos de corrupción fueron muy reducidos.
Hay un punto de inflexión de la corrupción en Venezuela por el primer Gobierno de Carlos Andrés Pérez. Entre otras razones porque la corrupción está muy vinculada con los ingresos petroleros.
Ahora, todos los casos que hay en los Estados Unidos contra antiguos funcionarios del Gobierno de Hugo Chávez, donde las cifras que se mencionan son verdaderamente astronómicas, son cifras inimaginables para cualquier país de América Latina.
¿Ha habido un período tan grave como el actual?
Económicamente, nosotros nunca habíamos vivido una hiperinflación. Venezuela no tuvo inflación hasta la aparición del “Viernes Negro” el 18 de febrero de 1983. En ese Gobierno de Luis Herrera apareció un poquito la inflación; después en el Gobierno de Jaime Lusinchi hubo unos momentos de inflación; en el Gobierno de Pérez, a partir del 89, con las reformas económicas, hubo un año en que la inflación llegó al 80%, pero jamás hemos vivido la hiperinflación como actualmente.
Políticos, instituciones internacionales y Gobiernos catalogan al Gobierno de Nicolás Maduro como un régimen dictatorial. ¿Cuál es su postura?
Si la democracia es independencia de Poderes, pues evidentemente que en Venezuela no está funcionando la democracia como tal. Porque el Poder Judicial, que se sabe cómo funciona, allí no se puede hablar de una independencia. Yo no conozco una sola decisión judicial contra el Gobierno y sí conozco muchísimas decisiones judiciales en contra de sectores de la oposición.
El otro sector importante de la democracia son los medios de comunicación. Los medios de comunicación en Venezuela han sido perseguidos, otros han sido comprados por empresarios cercanos al Gobierno e inmediatamente sus líneas editoriales han cambiado.
¿Eso nos conduce a decir que aquí hay una dictadura? Bueno, no me atrevería a decir tanto, pero lo que sí es evidente es que la democracia, en términos de teoría política y de su funcionamiento esencial, en Venezuela no se está dando en las circunstancias actuales.
¿Cómo fortalecer la democracia en el país?
El problema venezolano es un problema cultural con la democracia. Nosotros no formamos a demócratas en nuestras casas, en nuestras familias. No formamos a demócratas en los colegios, en los liceos o en las universidades. En Venezuela ha habido un clima cultural autoritario, reforzado por los padres en las familias que no tienen prácticas democráticas en sus casas.
Ese es el gran cambio, uno de psicología social, cultural que debe ocurrir en Venezuela de pasar del autoritarismo reinante a una cultura democrática, la cual se basa en el diálogo, en la negociación, que pones tú y qué pongo yo.
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Hay que enseñarles a los niños que viven en un mundo de leyes, que tienen unos deberes, que tienen unos derechos. Si desde niños educamos a demócratas en las casas el país que vamos a tener es otro.
¿Y cuáles son las metas que debe tener la sociedad venezolana?
Se debe tener formación filosófica, política, histórica y literaria para poder desenvolverse en una sociedad con conocimiento de las ideas que la han movida históricamente.
La primera urgencia es formarse, y esa formación no termina nunca, yo creo en la educación continua, uno pasa toda la vida estudiando.
La otra es ejercer su magisterio en la sociedad, decir lo que piensa que deba decirse sobre los temas de su especialidad, en tener siempre como norte el valor principal del ser humano, que es la libertad.
Y debe ser muy activo tanto en la academia, cuando digo academia me refiero a los centros educativos, debe recurrir a los medios para sembrar sus ideas, y hoy en día los medios son amplísimos.
Efecto Cocuyo