Figuras del chavismo que decidieron distanciarse de la línea de Maduro en Venezuela
Una de las grandes grietas la abrió Luisa Ortega Díaz, la exfiscal general de ese país. Se rebeló tras denunciar una “ruptura constitucional” en 2017.
Después de los escándalos, el Gobierno la destituyó e inhabilitó, le retiró la inmunidad parlamentaria a su esposo, el entonces diputado oficialista Germán Ferrer y los señalaron de corrupción.
Huyeron de Venezuela burlando la prohibición de salida y llegaron a Colombia por Aruba. Pasaron a Brasil y, desde allí, Ortega encendió el ventilador sobre presuntos hechos de corrupción que involucrarían al mismísimo Maduro.
Otra gran ruptura fue con el expresidente de la estatal petrolera PDVSA y exministro del petróleo Rafael Ramírez, quien fue parte del círculo íntimo del fallecido presidente Hugo Chávez. Maduro lo nombró embajador ante la ONU desde donde entró en conflicto con el régimen y tras varios pronunciamientos críticos, se puso del lado opositor.
También a él le llovieron las acusaciones y las investigaciones por corrupción en la estatal petrolera, y varios de sus allegados fueron detenidos. Ahora Ramírez, desde el exilio, acusa al oficialismo de acabar con las banderas que, por años, junto a Chávez enarboló.
La lista de quienes tomaron radical distancia sigue: el exfiscal franklin nieves, quien logró la condena contra Leopoldo López, luego desde el exilio denunció presiones para amañar el caso.
El exfiscal militar Eladio Aponte Aponte; el exgobernador de Aragua y exministro de finanzas Rafael Isea; el exministro de Educación Elías Jaua; el exministro de Planificación Jorge Giordani; la exministra de Ambiente Ana Elisa Osorio; el que fue mano derecha del presidente Chávez, exministro de Educación Héctor Navarro.
También se cuentan el exalcalde del distrito capital, Juan Barreto; el exministro de la defensa Raúl Baduel; el general en retiro Cliver Alcalá; el exministro de Interior y Justicia y exdirector del Sebín, general (r) Miguel Rodríguez Torres, y tantos, tantísimos nombres de quienes un día prestaron exhaustivos servicios de adulancia a la alta dirigencia del gobierno, hoy engrosan la lista de desertores que, desde la otra orilla, han revelado la parte más oscura de la llamada ‘revolución bolivariana’.
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