Tal como señaló la UE en las Conclusiones del Consejo de mayo de 2018, las elecciones presidenciales celebradas el pasado mayo en Venezuela no fueron ni libres ni justas. Sus resultados carecieron de credibilidad, ya que el proceso electoral no proporcionó las garantías necesarias para la celebración de elecciones integradoras y democráticas.
La UE lamenta profundamente que se hiciese caso omiso de su llamamiento «para que se celebren nuevas elecciones presidenciales de conformidad con las normas democráticas internacionalmente reconocidas y el orden constitucional venezolano» y que el presidente Maduro emprenda hoy un nuevo mandato sobre la base de elecciones no democráticas.
Se ha alejado así aún más la posibilidad de una solución constitucional negociada, a medida que sigue degradándose la situación política, económica y social en el país y aumentan los estragos de la crisis sobre la estabilidad de la región.
La UE insta al presidente Maduro a reconocer y respetar la función y la independencia de la Asamblea Nacional, como institución elegida democráticamente, a liberar a todos los prisioneros políticos, a respetar el Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales y a hacer frente de inmediato a las acuciantes necesidades de la población.
La UE sigue convencida de que la única salida duradera a la crisis en Venezuela pasa por una solución política, democrática y pacífica, y está colaborando con socios internacionales y regionales en la búsqueda de una manera de propiciar las condiciones para que se lleve a cabo un proceso político creíble entre los actores venezolanos pertinentes. En este sentido, la UE reitera su voluntad de mantener abiertos los canales de comunicación.
La UE seguirá vigilando de cerca la evolución sobre el terreno y permanecerá dispuesta a reaccionar con medidas adecuadas frente a las decisiones y acciones que socaven aún más las instituciones y principios democráticos, el Estado de Derecho y los derechos humanos.
Agencias