Los abastos y mercados populares en Caracas mostraron este miércoles las colas habituales de venezolanos que cazan productos escasos y de donde salen cada semana con bolsas más pequeñas debido a la hiperinflación.
Aunque el decreto se verá reflejado a final de mes, cuando el ingreso base pasará de 4,7 a 18,9 dólares mensuales, según la tasa oficial, otra muestra de la espiral hiperinflacionaria en que entró Venezuela en 2017 no se hizo esperar en los anaqueles, donde los precios son cambiados casi a diario.
Se constató que los precios subieron entre 30 y 50 % en mercados del centro de Caracas, mientras que en el municipio Chacao el incremento es casi de 100 %.
Desde un mercado de esa zona capitalina la corredora inmobiliaria René Benfele detalló que el alza de los precios ha sido «descomunal» en las últimas horas pues ha visto aumentos de 200 y 300 % en varios productos.
«Hay que gastar el dinero porque ya mañana vale menos la plata de hoy, la plata al día siguiente no vale nada», señaló Benfele. .
Por su parte, la periodista Vanessa Barreto calcula que el dinero con que compraba comida para 15 días hace dos semanas hoy le alcanza solo para cubrir las necesidades alimentarias de siete días.
«Nos está consumiendo la inflación, nos está matando», sostuvo la joven que llevaba una compra de 200.000 bolívares, 210 dólares o el equivalente a 11 salarios mínimos, y que será «insuficiente» para alimentar a su familia durante el mes.
En Chacao es común que las transacciones por comida se hagan en dólares, una modalidad de pago aceptada por casi la totalidad de los comerciantes que determinan la tasa de cambio de acuerdo al mercado paralelo e ilegal, que rige casi toda la actividad económica en el país y donde el signo estadounidense se cotiza mucho más caro.
Del otro lado de Caracas, los mercados populares muestran un alza menor en los precios, sin que esto sea una alegría para los lugareños.
Por ejemplo, en la parroquia La Candelaria un kilo de cebollas es hasta 70 % más barato que en zonas como Altamira, pero en los dos casos equivale a varios días de trabajo de cualquiera de los millones de venezolanos que devengan sueldo mínimo.
El comerciante Francisco Linares señaló que en el oeste de Caracas el aumento de los precios también es una realidad pero hasta ahora en una medida menor a la que él mismo temía después de los anuncios de Maduro.
EFE
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El Nacional