Las operaciones se reanudaron el miércoles para encontrar la avioneta en que viajaba Emiliano Sala, desaparecida cuando sobrevolaba el canal de la Mancha, después de que el futbolista argentino, recién fichado por un club galés, expresase su preocupación sobre el estado de la nave.
“Hemos reanudado la búsqueda. Despegan dos aviones y centramos nuestra búsqueda en una zona precisa donde, creemos, tenemos la mayor probabilidad de encontrar algo, en base al estudio de las mareas y la meteorología desde la desaparición del avión”, tuiteó al amanecer la policía de la isla británica de Guernsey, situada en el canal.
“También se examinarán desde el aire las zonas costeras en torno a Aurigny, así como las rocas y las islas”, agregó la policía, que había interrumpido las operaciones la víspera al ponerse el sol.
Los socorristas afirmaron privilegiar la hipótesis de que Sala y el piloto, los dos únicos ocupantes de la avioneta, podían haber realizado un amerizaje y haberse refugiado en un bote salvavidas que debía encontrarse a bordo del aparato.
Su monomotor, un Piper PA-46 Malibu, desapareció de los radares a unos 20 km de Guernsey hacia las 20H20 GMT del lunes, durante el trayecto entre Nantes, en Francia, y Cardiff, en Gales.
El control aéreo de la vecina isla de Jersey precisó que la avioneta, que volaba en un primer momento a 5.000 pies de altitud, había solicitado descender y se desplazaba a 2.300 pies antes de que se perdiera su pista.
“Está por caer a pedazos”
En un mensaje de audio enviado por WhatsApp a unos amigos, según medios argentinos, el futbolista había expresado una cierta preocupación, pese a que su voz no sonaba alarmada.
“Estoy acá arriba del avión que parece que se está por caer a pedazos y me estoy yendo para Cardiff”, dijo Sala. “Si en una hora y media no tienen novedades mías, no sé si van a mandar a alguien a buscarme porque no me van a encontrar, pero ya saben. ¡Papá! Qué miedo que tengo”, decía supuestamente el delantero.
El exastro argentino Diego Maradona intentó mostrarse optimista ante esta “mala leche [mala suerte] terrible” diciendo esperar que la avioneta “se haya equivocado de aeropuerto y lo encuentren vivo”, según un mensaje de audio publicado por el periodista Martín Arévalo.
En Progreso, localidad natal de Sala en Argentina, también reinaba la preocupación.
“Son horas de incertidumbre, de mucho dolor y mucha tristeza, esperando la noticia buena de que se encuentre con vida”, dijo a la AFP Daniel Ribero, presidente del club San Martín.
“Cerraba y abría los ojos para ver si no estaba soñando porque me parecía que era algo prácticamente imposible lo que estaba ocurriendo”, afirmaba un habitante, Miguel Meynet, que seguía “esperando un milagro”. “Otra cosa no se puede esperar”.
“Pensar en lo peor”
Si cayó, “el avión se habrá partido, y en ese caso no hay esperanza”, dijo a la AFP John Fitzgerald, director general de la agencia de socorro marítimo Channel Islands Airsearch.
“Pasan las horas y no sé nada, me da por pensar lo peor”, declaró el martes por la noche Horacio Sala, el padre del jugador, a la prensa en Argentina.
En Nantes, ciudad del oeste de Francia en cuyo equipo militaba hasta ahora Sala, cientos de personas acudieron a depositar flores en homenaje a su mejor goleador, autor de 12 tantos en la primera mitad de la temporada.
Sala fue traspasado por 17 millones de euros, una suma récord, al Cardiff de la primera división inglesa, que se encuentra actualmente en posición de descenso (18º).
En la ciudad galesa la emoción también era enorme, tres días después de la firma del traspaso. El director del club, Ken Cho, dijo estar “conmocionado”.
“No solo era nuestro traspaso más caro sino también el que iba a cambiar la situación y marcar los goles que nos permitieran permanecer” en la Premier League, lamentó uno de los hinchas del club, Josh Thomas, al margen de una concentración de apoyo.
Sala se formó en el Burdeos, al que llegó como adolescente a través del Proyecto Crecer, la escuela de fútbol creada por el club francés en la provincia argentina de Córdoba.
Cedido a diferentes clubes (Orleans, Niort y Caen), encadenó goles pero no llegó a imponerse en su club propietario, que lo traspasó en 2016 al Nantes por un millón de euros.
En el Cardiff, el espigado jugador, de 1,87 m de estatura, había fichado por tres temporadas y media.
El lunes regresó a Nantes para recuperar sus últimas pertenencias, antes de trasladarse definitivamente a la capital galesa.
Ese día publicó en Twitter una foto con sus hasta entonces compañeros de equipo, sonriente como siempre.
AFP