Un Consejo de Seguridad de la ONU dividido discutirá este sábado la situación en Venezuela, por primera vez desde que el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, se juramentó como presidente interino de ese país.
Estados Unidos, que solicitó la reunión, estará al frente de los países que respaldan al líder opositor, mientras que Rusia y China encabezarán a los defensores del presidente, Nicolás Maduro.
La intención de EE.UU. es utilizar la cita para instar al resto de la comunidad internacional a reconocer a Guaidó como “presidente constitucional interino” de Venezuela, según adelantó este viernes el Departamento de Estado.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, representará al país y “hará un llamamiento para respaldar el Gobierno transitorio en su misión de restaurar la democracia y el imperio de la ley”, explicó su oficina.
Del lado de Guaidó están también los miembros europeos del Consejo de Seguridad (Francia, el Reino Unido, Bélgica, Alemania y Polonia), aunque estos no han dado por ahora el paso de reconocerle como presidente.
En su lugar, los miembros de la Unión Europea (UE) van a insistir en la necesidad de convocar unas elecciones “creíbles” en Venezuela, según dijo hoy a los periodistas el ministro de Exteriores belga, Didier Reynders.
Los veintiocho trabajaron este viernes en Bruselas en una declaración formal en esa línea, que seguirá la pauta expresada por España o Alemania, favorables a dar un ultimátum a Maduro para que convoque elecciones o, de lo contrario, reconocer a Guaidó.
Los dos miembros latinoamericanos del Consejo de Seguridad -Perú y la República Dominicana- han mostrado también su respaldo a Guaidó, respaldando una declaración de apoyo ayer en la Organización de Estados Americanos (OEA).
También se espera la participación de Colombia en la cita, según dijo hoy su canciller, Carlos Holmes Trujillo, que ha alargado su estancia en Nueva York para intervenir mañana ante el Consejo de Seguridad y reiterar su apuesta por el presidente de la Asamblea Nacional (AN).
Del otro lado, Rusia y China -ambos miembros permanentes del Consejo y con derecho a veto- han dejado ya claro que siguen considerando a Maduro como el presidente legítimo y que se oponen al reconocimiento de Guaidó hecho por EE.UU. y otros países.
En el pasado, tanto Moscú como Pekín se han opuesto vehementemente a que la crisis venezolana entre en la agenda del Consejo de Seguridad, al considerar que no plantea una amenaza para la paz y la seguridad internacional.
Su postura, con matices, había sido compartida al menos hasta ahora por una mayoría de miembros, lo que había echado por tierra los intentos de EE.UU. de llevar el asunto ante este órgano.
Hoy, sin embargo, el propio Maduro expresó su satisfacción por la celebración de la reunión de este sábado y aseguró que la intención de su Gobierno era pedir un encuentro, pero EE.UU. se “adelantó”.
“Bienvenido el debate, bienvenido, es lo que queríamos” dijo Maduro en una rueda de prensa desde la sede del gobierno en Caracas.
A priori, el Ejecutivo venezolano estará representado por el canciller, Jorge Arreaza.
Dada la división dentro del Consejo de Seguridad, no se espera que haya ninguna decisión ni pronunciamiento oficial, sino que los países se limitarán a escuchar un informe de parte de la ONU y a expresar sus posturas sobre la crisis.