Si hace semanas el omnipresente ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, tejía una potencial alianza nacional-populista de cara a las próximas elecciones de mayo, la crisis de Venezuela parece alejar esa posibilidad… al menos por ahora. El contorsionismo del líder de la Liga, que tuitea tildando a Maduro de autócrata al tiempo que su gobierno bloquea una declaración conjunta de la UE para reconocer a Guaidó como presidente interino, ha desnudado las tensiones entre los partidos anti-inmigración y anti-Bruselas, unos más próximos a EE.UU. y otros más a Rusia, de cara a su «nueva primavera europea».
En España Vox dudó muy poco a la hora de apoyar a Guaidó, el Gobierno de Ley y Justicia en Polonia, formación que trató de atraer Salvini para su alianza, secundó ayer a Francia y España en el reconocimiento al presidente interino después del ultimátum a Maduro. Oficialmente, La Liga se abstuvo el pasado jueves junto a su socio, el Movimiento 5 Estrellas -al que tratan de colocar de escudo para explicar la posición de Italia, uno de los países fundadores de la UE-, en la votación en el Parlamento Europeo sobre la moción para reconocer a Guaidó.
La disposición del Parlamento sobre Venezuela, negociada por los eurodiputados Esteban González Pons (PPE), Ramón Jauregui (PSE) y Javier Nart (ALDE) y que no es vinculante ni tiene valor legislativo, fue aprobada por 439 votos a favor, 104 en contra y 88 abstenciones. A la abstención de los dos partidos del Gobierno italiano se unieron la de Ramón Tremosa, eurodiputado cercano a Puigdemont, y los brexiters del UKIP, entre otros. Izquierda Unida y los Verdes, Podemos, Sinn Féin y algunos miembros de Syriza (Grecia es otro de los países que tampoco ha reconocido aún a Guaidó) votaron en contra de la moción. De las formaciones que no apoyaron la moción, solo el antiguo Frente Nacional de Le Pen y los holandeses del Partido de la Libertad se alinean con las posiciones políticas de Salvini de cara a las elecciones de mayo.
«Entiendo que hay diferentes sensibilidades en el gobierno, pero es la Constitución venezolana la que dice que una vez terminado el mandato de #Maduro, dictador rojo, entra en el cargo el Presidente de la cámara, #Guaido», tuiteó anoche el propio Salvini. Sin embargo, más de 24 horas después de los primeros reconocimientos Italia sigue sin manifestarse. Ayer Italia bloqueó la posición conjunta de la Unión Europea para reconocer a Juan Guaido como presidente interino, dijeron fuentes diplomáticas.
El partido de la extrema derecha se ha mostrado fuertemente a favor del Guaido y reconoció que los intentos de encontrar una causa común con su socio de coalición habían fracasado hasta ahora. «Nuestros aliados (de la coalición) creen que debemos actuar gradualmente y ser más prudentes», añadió Salvini en la cadena Rete 4. En los últimos meses, el líder de la Liga ha buscado convertirse en el principal aliado del Donald Trump en Europa con quien coincide en su visión sobre la inmigración y la primacía de los intereses nacionales a los paraguas del multilateralismo. Sin embargo, pese a sus tuits, Salvini también ve tambalearse de momento su cortejo al presidente de EE.UU.
Desde el Movimiento 5 Estrellas, los discursos sobre Venezuela se alejan de la ambigüedad de la Liga: «Repartir ultimátums, sanciones, congelar bienes venezolanos… Significaría abrir el camino a una intervención militar. El Movimiento de las 5 Estrellas y este gobierno nunca reconocerán a las personas que se designan a sí mismas como presidente», ha afirmado Alessandro di Di Battista, figura prominente de la formación fundada por el cómico Beppe Grillo. Sus palabras siguen la línea de la izquierda más radical europea.
El presidente italiano, Sergio Mattarella, apremió ayer al Gobierno a reconocer a Guaidó: «No puede haber ni incertidumbre ni dudas. Se trata de «entre la voluntad popular y la petición de una auténtica democracia por una parte, y por otra la violencia de la fuerza y el sufrimiento de la población civil».
El diario italiano « Il Corriere» resume de manera sencilla la posición actual del Gobierno italiano: «Ni con Maduro ni con Guaidó. El Gobierno italiano está con el pueblo venezolano y espera una solución democrática a la crisis mediante elecciones libres. Esta es la línea «neutral» y prudente del Palazzo Chigi, que se explica por la profunda división dentro del ejecutivo».
Estos últimos días se ha especulado sobre los estrechos vínculos de la coalición populista con el Kremlin. Sea como fuere, el Gobierno italiano lideró el pasado otoño la resistencia en el seno de la Unión sobre imponer o no más sanciones a Rusia. Salvini las tildó de «locura económica, social y cultural» y «un absurdo» que costaría miles de millones de euros a las empresas italianas.
ABC