Hoy queremos meditar sobre la paz, de cómo ofrecerla y pedirla. El tema no es fácil. El desear la paz y tratar de exhibirla en la escena social sin humildad, se vuelve una cruel mentira y una postura falsa. Es así. La Paz se gana, no se obtiene del solo deseo. Es, como la felicidad, un estado de ánimo. Jesucristo, guía y norte del cristianismo, fuel el primero en oír y hablar abiertamente sobre la paz. En efecto, un ángel anuncio la buena nueva a los pastores de las cercanías, mientras “un coro de voces celestiales cantaban: Gloria a Dios en las altura y Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
Quiere decir entonces, que no basta con decir “la paz te dejo, la paz te doy”. Es necesaria la buena voluntad y cuando uno siente que algo bueno se gana al hacerse el bien, no solo puede ofrecer la paz, sino también, tenerla y vivirla antes para poderla dar. Y dar, igual, el saludo de la paz. En esto, el pueblo con agudeza ha detectado cierta hipocresía en algunos cuadros gubernamentales que hablan de la paz cuando están comprando armas para la guerra.
Chávez decía “dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada”. Era el lema para hacer todo lo contrario. En efecto, la intención audaz iba dirigida a lograr el control de las instituciones de foros internacionales tales como: OEA, ONU, MERCOSUR, UNASUR, Grupo de los 77 y otros más. Desde luego, con esos fines no se entra en el juego democrático sin cortarlo y, al contrario, para buscar la guerra. La idea fue penetrar y llegar a los votos hiriendo voluntades y adquiriéndolos por la vía del fiado petrolero hasta que, por arte de magia, apareció Almagro con su afán de cuidar las democracias que hacían compañía, unos y otros países, en las democracias miembros de la OEA. Así, Almagro se declaró defensor de todo acto democrático sin ningún otro compromiso que defender y servir a las democracias. Notó Almagro, a los dirigentes del gobierno venezolano, obrando con insensatez y creyentes de que los otros representados están dirigidos por ingenuos o pendejos. Pero los hombres cristianos, con pureza añadida, no son controlables. No lo fue Cristo peleando contra un Sanedrín que contaba con 70 jueces sin mucho pudor y escasa ética. Mas, Jesús no había llegado para castigar sino, precisamente, para cantar y traer la paz. Sin embargo, al analizar las decisiones y soluciones de los últimos 15 años del gobierno de la revolución se escogieron las decisiones porque dejaban atrás lo legal y la constitución la acomodaron con su poder y fuerzas. Igualmente, el desacato y los diputados de Amazonas que fueron desposeídos luego de ser reconocidos y entregado su placet por el propio Presidente del CNE. Por otra parte, las elecciones del 20 de mayo del 2018 se realizaron sin la participación de los cuatro partidos más importantes del país quienes no participaron por no confiar en los árbitros.
Todos estos elementos fueron denunciados por el abogado y fino jurisconsulto, además de Secretario General de la OEA, el Dr. Luis Almagro.
Al Sr. Maduro le toca evaluar la pelota que está en su campo. 20 años contínuos en el gobierno, son bastantes. Las alternativas democráticas, más que un deseo es una conveniencia nacional y justa. El irse y volver es una posibilidad que solo la dan las democracias. En Venezuela hay una guerra no declarada por reventar, con un choque de trenes, como se dice en el argot y lo rincones políticos. La suerte está echada y la realidad también.
Dios nos agarre confesados y nos ayude a resolver esto sin derramar sangre inocente.
Esta dicho!
Luis Acosta