El concierto chavista anunciado para este sábado 23 de febrero, fue suspendido de acuerdo con la información ofrecida a Efe por dos fuentes del régimen de Nicolás Maduro que participaban en la organización de este evento, debido a la baja asistencia al primer recital y a los disturbios en la zona.
Los organizadores indicaron a Efe que para este sábado se esperaba una mayor asistencia de espectadores y que de los 40 artistas que estaban anotados para participar en el espectáculo que se desarrollaría entre el viernes y el sábado se presentaron menos de 10.
Una de las fuentes aseguró que el concierto se suspendió debido a los disturbios que sacuden a San Antonio y Ureña, municipios del estado Táchira, cercanos al lugar donde aún permanece instalada la tarima en el puente de Tienditas.
En Ureña y San Antonio se han producido enfrentamientos desde hace más de cinco horas entre manifestantes y miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en medio de los intentos de la oposición por llevar ayuda humanitaria a Venezuela.
Efe pudo confirmar que la FANB ha sacado a las calles de estos municipios tanquetas militares para intimidar a los manifestantes mientras funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, Policía militarizada), persiguen a los que protestan y les lanzan bombas lacrimógenas desde motocicletas.
El chavismo dijo esta semana que celebraría dos conciertos en la frontera con Colombia en respuesta al organizado en apoyo al ingreso de la ayuda humanitaria para los venezolanos que se realizó este viernes en la ciudad colombiana de Cúcuta con la participación de más de 30 artistas venezolanos y extranjeros.
Sin embargo, el concierto chavista, que supuestamente se debía repartir en dos días por la gran cantidad de artistas dispuestos a cantar a favor del Gobierno de Nicolás Maduro, no contó con la asistencia masiva de cantantes y tampoco del público esperado.
Tampoco se ha informado acerca de la entrega de alimentos y de asistencia médica que el Gobierno de Maduro prometió que llevaría a la población pobre de Cúcuta.
EFE