La Vuelta al Algarve se cerró con una jornada espectacular, llena de alternativas y que coronó a Tadej Pogacar, de tan solo 20 años, como campeón, ya que logró defender el liderato con éxito en la exigente subida final a Malhao. Kragh Andersen a punto estuvo de dar la un vuelco a la clasificación, con un ataque desde muy lejos, pero se tuvo que confirmar con el segundo lugar, tanto en la general como en la etapa, ya que la victoria fue para el checo Stybar. Enric Mas lo probó con fuerza en la subida final pero finalmente no pudo subir al podio, terminando en la cuarta posición.
La situación en el Deceuninck fue extraña, ya que Stybar, compañero de Enric Mas, tiraba en cabeza en la parte final de la etapa perjudicando, teóricamente, al balear, ya que llevaba a Andersen a su rueda, que estaba luchando por la clasificación general. Steve Cummings formaba un trío cabecero tras varios intentos en cabeza, donde también lo probó en un inicio David de la Cruz, pero sin éxito. Los tres seguían haciendo camino y, a falta de siete kilómetros, aventajaban en un minuto al reducido pelotón (Andersen estaba a 29 de Mogacar, por lo que era líder virtual). La subida a Malahao, la misma en la que Alberto Contador se impuso en tres ocasiones (2010, 2014 y 2016), decidiría la carrera.
Andersen seguía marcando el ritmo al inicio del puerto, a 2,5 kilómetros de meta, con Stybar esta vez a su rueda. Los movimientos en el grupo se sucedían hasta que Enric Mas lo probó con dureza y se fue en solitario. Por delante, Andersen seguía, pero Pogacar empezó a graduar su ritmo, como si fuera un experto a sus 20 años. Stybar se fue a por la etapa en el último minuto y Andersen no pudo culminar la machada, Pogacar había llegado a tiempo. Una gran carta de presentación para el ganador del Tour del Porvenir del pasado año. Wout Poels entró tres segundos por delante de Mas, suficientes para arrebata el podio al segundo clasificado de la pasada Vuelta, que aún así trasmitió buenas sensaciones en su primera carrera del año.
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