El maquillaje o los paños de agua tibia ante una posible visita de los enviados de la Alta Comisión de Derechos Humanos de la ONU a los centros de detención de Lara también se están viendo. Supuestamente, desde hace más de una semana en los penales están realizando trabajos “apurados” de última hora para que la visita se lleve una buena impresión.
“Lo que buscan es tapar todo lo que sucede dentro de la cárcel de Uribana”, comenta una familiar de un preso, haciendo referencia a los “arreglitos” que hacen en el Centro Penitenciario David Viloria desde hace semana y media.
Ella asevera que cuando iniciaron los rumores de la visita extranjera, el Ministerio de Servicios Penitenciarios le dio “play” con los arreglos que exigen los familiares y organizaciones no gubernamentales desde hace años.
Desde 2017, familiares de reclusos han reiterado numerosas ocasiones las condiciones paupérrimas en las que estos viven pues no poseen servicios públicos óptimos o una alimentación regular, pues esta depende exclusivamente de los familiares.
También tienen que enfrentar con las muertes tras las rejas (tanto en penales como en centros de reclusión preventivos) causadas por enfermedades infecciosas que, en lo que va de 2019, se han cobrado la vida de 17 presos distribuidos entre Centro Penitenciario David Viloria “Uribana” (9), Centro Penitenciario Fénix (5), en el Cicpc (2) y GNB (1).
Entre los trabajos que habrían realizado en Uribana está la limpieza de todo la cocina y del terraplén que está en la entrada del lugar. Ayer, el equipo reporteril de LA PRENSA logró captar el instante en que los presos estaban limpiando parte de la entrada a eso de las 5:30 de la tarde, hora poco usual para ese tipo de limpieza, según cuentan los familiares.
Además, la directiva de Uribana también habría comprado ollas y pipotes nuevos, pues los viejos serían supuestamente los focos de contagio de los privados de libertad con enfermedades estomacales, hepatitis y tuberculosis. Otro cambio es el de la calidad de la comida, pues ahora les dan papas “gourmet”.
Si bien todavía no hay información sobre limpieza en los centros de reclusión preventivo (Polilara, Polimunicipal, PNB, Cicpc y GNB), la ONG Una Ventana para la Libertad, que defiende los Derechos Humanos de los privados de libertad) tiene registrado en su informe de 2018, que en Lara existe un 132 por ciento de hacinamiento tras monitorear 28 de estos centros pertenecientes a Polilara y Cicpc.
Muchas denuncias
Son muchas las denuncias que se han hecho con respecto a la salubridad en penales y centros de reclusión preventivos.
Entre los que destacan está el del puesto de la Guardia Nacional La Montañita en Cabudare, municipio Palavecino, donde 50 presos están recluidos dentro de un container al que le llega poca oxigenación.
“Ellos tienen que dormir y comer justo al lado del espacio donde hacen sus necesidades. Apenas tienen cuatro ventanas del tamaño de un carnet”, denunció la madre de uno de los privados de libertad a LA PRENSA.
La Prensa de Lara