La ONU condenó este viernes el ataque terrorista contra dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, y pidió a todo el mundo mostrar solidaridad con la comunidad musulmana.
El jefe de la organización, Antônio Guterres, se declaró «conmocionado» e «indignado» por el atentado y trasladó sus condolencias a las víctimas y a toda Nueva Zelanda.
«El secretario general recuerda la santidad de las mezquitas y todos los lugares de culto. Llama a todo el mundo en este día sagrado para los musulmanes a mostrar señales de solidaridad con la doliente comunidad islámica», señaló su portavoz, Stéphane Dujarric, en su conferencia de prensa diaria.
Guterres, dijo, reitera «la urgencia de trabajar mejor juntos a escala global para responder a la islamofobia y eliminar la intolerancia y el extremismo violento en todas sus formas».
En la misma línea, la presidenta de la Asamblea General, María Fernanda Espinosa, también subrayó que «debe hacerse más para combatir la intolerancia, los discursos de odio y el extremismo».
«Este vergonzoso acto de violencia extrema contra un lugar de culto es un horrendo crimen», señaló Espinosa a través de su portavoz, Monica Grayley.
El alto representante para la Alianza de Civilizaciones, Miguel Ángel Moratinos, condenó igualmente el «bárbaro ataque terrorista» y recalcó que los «crímenes de odio son totalmente inaceptables e injustificables».
En un comunicado, Moratinos reconoció que pese a los esfuerzos hechos ciertas «actitudes ideológicas siguen proyectando su rostro incivilizado y horrible» y «distorsionan interpretaciones religiosas para servir a sus despreciables intenciones».
«Estas fuerzas despiadadas no deben frenar nuestros esfuerzos ni disuadir nuestra voluntad política para prevenir y combatir el extremismo violento, los discursos de odio y la xenofobia en todas sus formas», insistió.
Los ataques en Christchurch, la mayor ciudad en la isla Sur del país, de 375.000 habitantes, se perpetraron a plena luz del día durante la oración de los viernes en dos mezquitas y han dejado casi 50 víctimas mortales.
EFE