Neolengua y restitución democrática. Por Luis Barragán (@LuisBarraganL)

Conspirando contra sí misma, luego de provocar una catástrofe humanitaria que la lleva a la represión por  ahora sistemática y selectiva, la dictadura clama a los cielos por una tentativa de golpe de Estado de la que, por supuesto, se declara victoriosa.  Toda la maquinaria propagandística y publicitaria que le queda, está orientada a convencernos de una victimización en la que nadie cree.

La narrativa de una épica, por persistente que fuese, ya no tiene caladura alguna en la población. Por lo demás, sobre el cinismo de los golpistas de siempre que rasgan sus vestiduras ante el más modesto movimiento de soldados o tanquetas.

La Asamblea Nacional agota  sus mejores esfuerzos por la restitución del orden constitucional, la libertad y la democracia. A través del diputado Juan Guaidó, a quien le ha confiado la encargaduría de la presidencia de la República, acepta y avala decisiones y situaciones orientadas a la recuperación de la paz real, justa y sustentable.

Lo que todavía acontece, no tiene precedentes en el continente y está integrado a las experiencias de superación de los socialismos reales en el mundo, con nuestras particularidades, bemoles e intensidades. Esta es la poderosa sintaxis que cobra  una realidad insobornable, nunca antes vista en Venezuela.

Nada más alejando al golpismo burdo e insolente que, por ejemplo, fotografiaron las intimidades de 1992. La neolengua intenta condicionar nuestra mirada y vivencia de la noticia, pero no logra sobornar esa realidad que nos estremece.

Luis Barragán  / Diputado AN / @LuisBarraganL