Desde que el “comandante eternamente enterrado” llegó al poder en 1998 hemos empezado a hablar de FASCISMO en Venezuela; la gestión de su régimen se fundamentó, sin duda, en esa corriente ideológica creada por Mussolini; también fue aplicada por Hitler y por todos los regímenes comunistas como en la ex URSS, Corea del Norte, Cuba y otras dictaduras que la historia ha marcado como tal.
El fascismo se fundamenta en el autoritarismo para formar un Estado todopoderoso que dice encarnar el “espíritu del pueblo”. La población no debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado. El Estado Fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda. El Fascismo es propio e intrínseco en formas de gobierno o de un régimen. El líder fascista es mesiánico y autoritario, con un poder que se ejerce de manera unilateral y sin ningún tipo de consulta.
Las características más importantes del Fascismo en el plano teórico y en su filosofía de acción son: nacionalismo extremo; hostilidad hacia ideas democráticas, liberales e igualitarias; culto a un líder y el respeto a sus especiales cualidades (miedo tenebroso); culto a la militarización de la sociedad y el Estado; persecución a dirigentes opositores o la búsqueda de su aniquilación definitiva; control excesivo y abusivo de los estamentos institucionales del Estado y socialismo como fuente inspiradora del Estado.
El engendro heredero, quien toma el poder después de la muerte del ductor del Fascismo en Venezuela, ha seguido al pié de la letra la enseñanza recibida por su antecesor y perfeccionada por los asesinos de Cuba, los “hermanitos Castro”; éste acusa hoy a la oposición venezolana y a toda la comunidad democrática del mundo de fascistas porque estos se oponen a todas las mentiras que han querido formalizar en la sociedad venezolana; menos mal que está desenmascarado y conocen sus intenciones, que no es otra cosa que perpetuarse en el poder aplicando las características naturales del fascismo, aprendidas en el contexto político donde se desenvuelve de manera miserable y demoníaca.
En nuestra realidad, podemos aseverar con contundencia que el fascismo utilizado en la conducción política del régimen, en conjunción con el caos político, económico, social y ético causado se ha constituido en un “coctel mortal”, porque las consecuencias en su tautología accionaria: ausencia de alimentos y de medicinas; abandono de centros de salud; la carencia absoluta del agua, de la electricidad; la violación constante de los DDHH; ataque visceral a la libertad de expresión; el acoso a las universidades autónomas; la migración de millones de conciudadanos; están relacionadas con la muerte; con la pérdida de libertad, de la justicia social y alimenta el odio propugnado por el régimen contra los venezolanos.
Hoy, Venezuela vive las peores horas de su historia estructural; es difícil “sobrevivir” y los que nos quedamos, no debemos permanecer callados ni de brazos cruzados ante la barbarie; reaccionar ante el fascismo y el chavismo es la búsqueda de la paz, del progreso y de la reconciliación nacional.
Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com