La última vez que Karina del Valle Pérez vio a su hijo de 15 años de edad, fue a través de una fotografía que le facilitó el Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente del municipio Libertador; lugar al que fue trasladado Daniel Alfonso Jiménez Pérez, luego de que fue aprehendido por una presunta comisión de la Misión Negra Hipólita, el pasado 24 de julio cuando estaba en las adyacencias de Las Mercedes.
Para el momento de su retención, el adolescente estaba con otros cinco menores, entre hembras y varones, cuyas edades oscilan entre 9 y 13 años de edad; todos en situación de calle.
Al parecer, cuando el grupo fue abordado por miembros de la referida misión social, cuatro escaparon y solo dos fueron trasladados a instituciones del Estado, entre estos, Daniel Alfonso, quien fue presentado ante el mencionado Consejo de Protección.
Allí fue reseñado y supuestamente remitido al Retén de menores Ciudad Caracas, en El Cementerio. Sin embargo, “los trabajadores de esa institución negaron que Daniel Alfonso hubiese ingresado al recinto”.
Ayer en la mañana, la angustiada madre acudió a la morgue de Bello Monte, con una mezcla de sentimientos expresados a través de lágrimas de miedo y desasosiego, para indagar si uno de los cuerpos rescatados del río Guaire durante el fin de semana pasado pertenecía a su hijo y, aunque la respuesta fue negativa, la interrogante continua, ¿Dónde está Daniel Alfonso?
Irregularidades del proceso. Para el coordinador de Cecodap, Carlos Trapani, el procedimiento realizado presenta diversas irregularidades por parte de la institución.
“Que el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes no pueda ofrecer información actualizada acerca de la ubicación y condiciones del adolescente se traduce en incumplimiento de las funciones principales del ente y deja en evidencia una clara situación de desamparo y desprotección”, aseveró el abogado defensor de los derechos humanos de la niñez y la adolescencia.
Trapani agregó que tras analizar los hechos relatados por la madre del menor, se observan vacíos y lagunas acerca del paradero del Daniel Alfonso, lo que a su juicio, “constituye una falta grave, porque el adolescente fue remitido al sistema de protección y era responsabilidad de este ente ubicar a sus parientes y propiciar la reunificación familiar”.
20 días de incertidumbre. La madre relató en medio del llanto que su hijo, el mayor de cuatro hermanos, vivía con su abuela en Guanare, estado Portuguesa desde hacía tres meses. Para el momento de su desaparición estaba recién llegado a Caracas, a donde regresó para buscar documentos académicos para continuar con su educación secundaria en el interior del país.
Daniel Alfonso estaba residenciado en el sector Monseñor Arias de Filas de Mariche, en el estado Miranda. La familia denunció ante los medios de comunicación la desaparición de Daniel Alfonso y exigió a las autoridades pertinentes que el hecho sea investigado. El caso será presentado ante el Ministerio Público.
Se pudo conocer que la denuncia también sería presentada ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, para que el organismo detectivesco lleve a cabo una investigación.
2001