El líder opositor ruso Alexei Navalny quedó libre el viernes tras pasar un mes en prisión por convocar una protesta no autorizada.
A principios del verano, Navalny, junto a otros activistas opositores, lideró un movimiento de protesta contra la decisión de las autoridades electorales rusas de vetar a casi dos docenas de candidatos independientes para las elecciones a la municipalía de Moscú del próximo 8 de septiembre. Una de esas movilizaciones fue la mayor protesta antigubernamental en la capital rusa en los últimos ocho años.
En declaraciones a reporteros a la salida de un centro de detención en Moscú, Navalny se comprometió a seguir luchando contra el gobierno del presidente Vladimir Putin a pesar de la creciente presión.
“No tengo dudas de que pese a estos actos de intimidación y terror que están ocurriendo ahora, como la detención de personas inocentes, esta ola (de protestas) crecerá”, señaló agregando que las duras tácticas del gobierno muestran que el apoyo popular al Kremlin está disminuyendo. “Ellos lo sienten y tienen miedo”.
Las autoridades frenaron las manifestaciones, negándose a autorizarlas, detuvieron brevemente a 1.400 personas y arrestaron a docenas de líderes opositores, incluyendo Navalny.
Algunos de los candidatos independientes a los comicios municipales fueron sentenciados a varias penas consecutivas de prisión. Uno de ellos, Ilya Yashin, fue condenado a otros 10 días a principios de semana, elevando a cuatro el número de arrestos seguidos.
Funcionarios del Kremlin restaron importancia a las manifestaciones calificándolas de insignificantes y Putin advirtió a los manifestantes que deben acatar la ley o enfrentar sus consecuencias.
AP