La piedra filosofal es una sustancia capaz de convertir el plomo en oro, curar todas las enfermedades y hasta evitar el envejecimiento de las personas. La idea de la piedra se pierde en el tiempo e inspiró a mucha gente a buscarla por todas partes, a formular teorías de cómo es y a hacer experimentos diversos. Hasta ahora no la hemos encontrado, pero ya veremos qué pasa.
Algo similar sucede con las ideas políticas. Existe la creencia que debe existir un sistema que funciona sin fallas y es el que conviene a nuestras sociedades. También buscando eso, muchísimos intentos se han planteado durante la historia, pero hagamos solo un rápido (e incompleto) repaso de los más conocidos.
1-El Liberalismo.Defiende la libertad individual y restringe la intervención del Estadoen la vida económica y social. Gusta del libre mercado y promueve la iniciativa privada como motor del desarrollo económico. Se basa en derechos naturales del hombre como la vida, la libertad y la propiedad privada.
2-El Comunismo. Promueve la propiedad común de los medios de producción, la ausencia de propiedad privada y la inexistencia de clases sociales. El Estado centraliza los medios de producción y reparte igualitariamente los beneficios. Hace interpretación de la historia como revoluciones y en su etapa avanzada prescinde del Estado de manera similar al anarquismo.
3-El socialismo. Hay decenas de variantes, pero busca la igualdad y también el fin del capitalismo. Promueve la solidaridad fraternal.Es similar al comunismo en cuanto a la compartir los medios de producción, pero el reparto de beneficios es proporcional a los aportes que libremente eligen hacer los individuos.
4-Socialdemocracia. Persigue la igualdad, pero permite que la empresa privada actúe libremente menos en sectores como salud y educación básica. Aboga por la participación ciudadana en las decisiones.
5-Social cristianismo. Condena el comunismo y el liberalismo y promueve la moral cristiana como esencia de la vida. Pregona la justicia social que debe igualar a todos los hombres en los derechos de humanos.
Por supuesto, existen otras formas y multitud de variantes dentro de las mostradas y hasta mezclas curiosas como, por ejemplo, los cristianos comunistas y el socialismo liberal. Demás está decir que casi todos estos sistemas han sido probados en diversos Países y culturas. Usualmente, cuando un sistema gobierna los partidarios de los otros lo critican con la intención de demostrar que no funciona y así promover al propio como la solución.
El que ha tenido más intentos y ha sido probado obteniendo resultados consistentes es el comunismo pues se ha empleado en decenas de Países y en todos ha pelado bola y, en el ánimo de salvarlo, algunos han tenido que hacer injertos con sistemas liberales principalmente desde el punto de vista económico.
La socialdemocracia y la democracia cristiana parecieran ser intermedios de equilibrio entre comunismo y liberalismo, pero, como siempre, dependiendo de la formación de los grupos y de los gobernantes puede tener inclinaciones marcadas hacia cualquiera de sus extremos.
Es posible que en el futuro surja un nuevo modelo que sea una síntesis de varios o que finalmente se fortalezca uno de ellos como definitivo. Lo único cierto es que, por ahora, seguimos buscando la piedra filosofal en las ideas políticas. Tal vez la respuesta no esté tanto en las ideas sino mucho más en el trabajo. Si hay producción siempre habrá prosperidad y si no hay producción siempre tendremos pobreza. Lo demás parecen ser adornos retóricos.
En el caso venezolano, después de tantos y severos problemas con estaaproximación al comunismo cubano, no sería de extrañar que, al terminar este período, el péndulo se fuera con fuerza hacia el extremo del liberalismo, no solo por alejarnos ideológicamente del asco que nos producen nuestros torturadores escarlatas, sino también por el hecho cierto de que estamos arruinados y vamos a necesitar la intervención privada, muy intensa, en casi todo.
Este País nunca le perdonará a Chávez y su larga lista de truhanes el inmenso mal que le causaron. Escribir la real historia de estos oscuros tiempos y enseñarla a las nuevas generaciones será una obligación patriótica para que nunca más vuelva a suceder.
Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es