Agigantar el mito o romper el maleficio. Entre estas variables latirá el pulso del duelo que protagonizarán el último campeón River Plate y Boca Juniors este martes por la semifinal de la Copa Libertadores.
La serie, que arrancará con el choque de ida en el estadio Monumental de River y se definirá 20 días después en la Bombonera de Boca, consagrará a uno de los contrincantes de la primera final a un partido en la historia del certamen continental que se jugará el sábado 23 de noviembre en Santiago de Chile. En la otra llave se miden los brasileños Gremio y Flamengo.
Si se toman en cuenta otros antecedentes recientes, River también eliminó a su archirrival en semifinal Copa Sudamericana 2014, octavos de final Libertadores 2015 y final de Supercopa Argentina 2018.
“Este partido no define la serie. Apostaremos a conseguir un triunfo y un buen resultado, pero si no lo obtenemos nosotros también tenemos una chance más, somos peligrosos de visitantes”, avisó el técnico de River, Marcelo Gallardo, autor intelectual de la paternidad que viene ejerciendo su equipo sobre Boca en el último tiempo.
Contra todo pronóstico, Boca logró levantarse del nocaut en Madrid y con un nuevo timonel, Gustavo Alfaro, se metió entre los cuatro mejores de Sudamérica mientras lidera la liga argentina.
“No era fácil estar parado en este vestuario el 3 de enero, donde quizás se miraba más para afuera que para dentro”, recordó Alfaro, quien dirigió 40 partidos oficiales _con 23 triunfos, 14 empates y apenas tres derrotas, una estadística que no le impide reconocer que “obviamente mi trabajo se va a definir en si es bueno o malo si paso o no contra River”.
Mientras River mantiene la base del campeón, Boca ha modificado gran parte de su estructura.
Gallardo mantiene la duda en la zaga central: Javier Pinola o el chileno Paulo Díaz, el único refuerzo que llegó para la actual temporada. El once titular se completa con Franco Armani, Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Milton Casco, Enzo Pérez, Ignacio Fernández, Exequiel Palacios, el uruguayo Nicolás De La Cruz, Matías Suárez y el colombiano Rafael Santos Borré.
De la Cruz debe tener especial cuidado ya que si recibe una amarilla no podrá jugar la revancha.
AP