Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son cada vez más frecuentes. En el pasado parecen haber quedado los días en los que las personas se preocupaban por cuidarse a la hora de tener relaciones sexuales pues los últimos informes indican que el VPH (Virus de Papiloma Humano) la clamidia (bacteria) y la gonorrea ganan terreno en la entidad.
Aunque no hay cifras oficiales (las autoridades sanitarias no las hacen públicas) se estima que ocho de cada diez personas que van a control ginecológico en el Servicio de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) padecen de estas enfermedades.
El aumento de estos diagnóstico está ligado a la prostitución, pues la grave crisis económica, política y social que atraviesa el país lleva a muchas mujeres a vender su cuerpo sin ningún tipo de control.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en Lara, advierte sobre esta realidad y ve con mucha preocupación la postura silente adoptada por las autoridades regionales, pues señala que en estos momentos no hay ningún tipo de control sanitario en las calles.
«El problema es que, por necesidad, vemos a muchas mujeres ejercer como trabajadoras sexuales por un día o una noche. Estas son personas que no están permanentemente en las casas de cita y que no tienen un control sanitario, por lo que se hace imposible poder detectar enfermedades en ellas. Son focos de contaminación que terminan siendo multiplicadoras de infecciones», comenta.
El especialista dice que las zonas populares estarían siendo las más afectadas, pues allí es donde la necesidad se evidencia con mayor fuerza. «Hay hambre en las calles. Hay mujeres que por alimentar a su familia se entregan, de forma eventual o permanente, a la prostitución y eso es un foco de infecciones sexuales», dice.
Para confirmar las palabras del especialista LA PRENSA fue hasta la sede de ITS para buscar números oficiales, pero el esfuerzo fue en vano, pues los voceros autorizados no pudieron atender al equipo periodístico. A pesar de ello fuentes ligadas a la institución comentan que el 80 % de las personas que asisten a la institución son diagnosticados con alguna enfermedad de transmisión sexual. La mayoría de contagios se registra en mujeres, de acuerdo a los datos que maneja el centro especializado.
Que las mujeres sean las más afectadas con esta realidad no es algo nuevo, pues en el boletín de noviembre del 2017 (el último al que los medios de comunicación tuvieron acceso) el estado ya registraba un patrón preocupante. Para ese año se contabilizaron 762 casos de vph en mujeres por sólo 161 contagios masculinos. Esta misma línea se repitió con enfermedades como la gonorrea, pues allí hubo 330 contagios femeninos por tan sólo 28 masculinos.
Sin análisis
Una de las cosas que más preocupa a los médicos es el hecho de no contar con pruebas para detectar enfermedades de este tipo en los hospitales. La falta de reactivos en centros públicos hace que en estos momentos no se procesen muestras de citología, por ejemplo, lo que deja a las mujeres dependiendo del sector privado.
«La realidad es que el 70 % de mujeres (7 de cada 10) no se hace los controles necesarios para detectar enfermedades como el VPH. Eso condiciona enormemente la salud sexual de las personas porque se tienen relaciones a todo riesgo», comenta la ginecólogo Marisol Romero.
La especialista atribuye al costo de exámenes el casi nulo control que existe en las damas, pues una citología cuesta entre 20 y 30 dólares. «No todo el mundo puede pagar estas pruebas que son elementales para detectar el VPH. Los exámenes de sangre para ver cualquier otra alteración también cuesta un ojo de la cara», concluye.