Asesinato de productor en Monagas: “Se trató de un secuestro pero se nos salió de las manos”
El homicidio del productor agropecuario monaguense Feliciano Simón parece estar resuelto, aunque falta por detener a uno de los autores materiales.
De acuerdo a la información suministrada por los familiares del hoy occiso, hay una mujer involucrada en la muerte del ganadero socio de Agamos, quien reveló el móvil del despiadado crimen.
“No fue por ningún robo, se trató de un secuestro que se nos salió de las manos”, indicaron los deudos que fueron las aterradoras declaraciones que hizo la dama tras ser capturada por efectivos del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas).
Por tal motivo refutaron las hipótesis de una presunta extorsión por el pago de unas gráficas que comprometían al ganadero.
“Estamos muy dolidos por esto. En primera instancia creíamos que se produjo por la denuncia del robo del ganado en la finca, pero la realidad fue otra”, contó un familiar directo de Simón, quien pidió sea aclarada la publicación.
Desaparición
El miércoles 16, a eso de las 4:30 pm, el hombre abordó su camioneta, una Explorer negra, para llevar desde su finca en Tonoro (Aguasay), hasta el centro del pueblo con el mismo nombre, a la cocinera de la hacienda.
Tras haber dejado a la empleada, se marchó presuntamente a su vivienda en Punta de Mata como lo hacía de costumbre; procuraba llegar antes de que oscureciera, un poco antes de las 6:00 pm.
Sus hijos se comunicaron a las 7:00 pm para saber sobre su paradero, pero la comunicación dio paso a la zozobra; lo llamaban a su teléfono celular y nunca lograron contactarlo, por lo que lo reportaron como desaparecido.
La búsqueda fue iniciada por efectivos de la GNB, vecinos de la zona y agremiados a la Asociación de ganadera del estado Monagas de Punta de Mata (Agamos), y luego de 48 horas lo hizo el Cicpc, pero sin resultados favorables.
Todo ocurrió luego que le dieran libertad a unos sujetos dedicados al abigeato en la zona y responsable de un robo en la finca de Feliciano.
Hallazgo
El sábado por la mañana aves carroñeras merodeaban cerca de la finca de Simón, su hijo se acercó para corroborar si se trataba de un animal muerto que atraía a las aves, consiguiéndose con la dantesca escena; un cadáver yacía boca arriba, con los brazos extendidos como que lo hubiesen arrastrado por el lugar, estaba en avanzado estado de descomposición, era de su padre.
Lo reconoció de inmediato, lo mismo hizo un amigo que lo vio el día miércoles, “Feliciano iba a exceso de velocidad, no me saludó como de costumbre, iba acompañado de varias personas”.
No captaron el alerta
El hombre recordó que le fue muy extraño que Simón le hiciera cambio de luces, sin embargo no le dio mucha importancia por la alta velocidad a la que conducía, esto ocurrió por los lados de El Caruto, hacia la vía nacional Aguasay – Punta de Mata que pasa por el caserío.
Para los ganaderos es una costumbre darles la cola a personas que caminan por las carreteras solitarias, muchos de estos, trabajadores de fincas vecinas y piden la colaboración.
La buena fe lo llevó a la muerte
Los familiares al saber que la cocinera de la finca fue la última persona con la que tuvo contacto la víctima la buscaron en compañía de los pesquisas del Cicpc, para saber qué había acontecido. La empleada les contó que mientras iban hacia el pueblo, justamente en la “Y”, una pareja pedía una cola, quizá de regreso los montó en su carro para ayudarlos “siempre lo hacía sin medir riesgos”.
Descubren el crimen
Unos niños al oír la conversación, interrumpieron a los adultos asegurando también haber pasado por el sitio avistando a la pareja, indicándoles el lugar donde residía la mamá de la presunta sospechosa.
Al parecer, la mujer residía cruzando un río, en el caserío Solano, pero cuando la buscaron para interrogarla el día sábado no la ubicaron porque había ido al pueblo de Tonoro a realizar unas diligencias. Ese mismo día efectivos militares intensificaron la búsqueda de Feliciano y recibieron el parte del macabro hallazgo.
La mujer viajaba en el carro del amigo de Simón, quien se detuvo al ver el movimiento de agentes de seguridad y su familia en plena vía, por tal motivo le pidió a la mujer que esperara otra cola porque hasta allí llegaba la travesía.
Para mayor sorpresa, la mujer mostró actitud nerviosa y evasiva, situación que alertó a los del Conas, quienes la arrestaron por averiguaciones, practicándose luego la aprehensión de otra dama y de un tercer hombre.
La participación de esta última persona fue la de llevar a Feliciano al sitio donde lo abandonaron y dejaron en otro sitio a los ejecutores, la camioneta fue abandonada en unos farallones de la misma jurisdicción.
El Periódico de Monagas