“Hay mucha desorganización y desinformación en las colas que se están haciendo en la plaza de toros para censar a los vehículos de los profesores en San Cristóbal”, es la conclusión a la que llegaron los docentes que decidieron cumplir ayer con este trámite, exigido por las autoridades.
Desde tempranas horas comenzaron a llegar los docentes al estacionamiento, presumiendo que cumplir con este registro no sería nada fácil; no obstante, intentaron mantener el optimismo.
Lilí León, profesora jubilada del liceo Bernabé Vivas, dijo que la cola corría, por lo menos en las primeras horas, y que han pedido el título de propiedad y la cédula. “El lunes estuvo bastante bien, porque a los jubilados les dieron un trato especial, pero vamos a ver qué pasa hoy (ayer)”.
Todo desordenado
“Este censo está muy mal organizado; supongo que los planteles están sin docentes, eso es lo más grave; no hay orden, porque nosotros llevábamos un orden en la fila, pero de repente se perdió y no hay nadie que informe; deberían marcar los carros, pienso yo, como hicieron con los estadales, y así lograr una secuencia. Creo que no salimos hoy, dejaron tres municipios, pero son muchos docentes”, dijo la profesora Janet de Farías, jubilada del liceo Carlos Rangel Lamus.
“La pregunta es: ¿si no alcanzamos a hacerlo hoy, qué pasará con los que quedemos por fuera, porque somos muchos?”.
Como haciendo señas de que esto ¡no puede ser!, desde su vehículo, la profesora preguntó: “¿para qué hacen este censo, cuál es el objetivo, si el once de noviembre comienza otro? Además, esto es una falta de respeto para los docentes, porque los hacen venir desde tempranas horas y pasa el tiempo y no les atienden. Hay gente con discapacidad que tiene que ir a rogar allá, donde están los funcionarios, mostrarles los informes, para que sean atendidos con más consideración”, espetó.
Pocos funcionarios
“No puede ser que apenas dos funcionarios estén verificando el TAG y pidiendo documentos”, indicó por su parte la profesora Nelly Méndez.
Mostrando su mano izquierda quemada por el sol que soportó ayer, haciendo cola para gasolina y no pudo echar, expresó otro docente que este censo “es lo peor que puede haber”.
“Las colas deben ser más ordenadas y con este ambiente, donde incluso no hay ni gasolina, esto no es vida, es más de lo mismo, esto se trata de una distracción para el pueblo, para mantenernos entretenidos en algo”, aseveró Luis Castillo, quien trabajó en el liceo de Coloncito.
Reina la desinformación
“Hay mucha desinformación en este censo. De repente los docentes van y preguntan, y ellos mismos se contradicen, porque en el caso de la gente jubilada, dicen que tiene que ser por donde salieron jubilados; es absurdo, porque muchos han cambiado de residencia, y alegan que dieron determinados números y solo es a esa gente a la que van a atender. No hay nadie que de verdad informe; incluso se dijo que habrá una prórroga, porque es imposible atender a tanta gente”, dijo Ana Mora, profesora jubilada que este lunes hizo la cola para echar gasolina.
También la profesora Elizabeth Segovia se pronunció, señalando que acababa de hablar con uno de los funcionarios, luego que llegó el rumor de que estaban repartiendo números, y en efecto así lo hicieron, repartieron 500, cantidad que no cubría a todos los docentes.
Un funcionario planteó que reprogramarían para el día jueves y propusieron entregar una lista de los que ya estaban organizados, entendiendo que “somos gente educada, organizada, ordenada, con cultura, pero luego le respondieron que no, que madrugaran y agarraran número. ¿Qué es eso?, es una grosería, una falta de respeto para los profesores”.
“Esto es un corralito”
Con doce años de jubilado, el profesor Ramón Ostos Contreras refirió que están entregando unos números, en total 500, y resulta que este estacionamiento está lleno, hay muchos carros, “y la edad que yo tengo no está para eso; esto es lo que llaman un corralito, una humillación al pueblo”.
“Los que estamos aquí somos puros viejos, porque ya Venezuela es un país de viejos; los jóvenes se fueron; por qué se meten con nosotros; es el único estado que tienen humillado, esto es una mafia, por qué hay que hacer cola para echar gasolina”, dijo.
Ante esta situación, propuso el profesor Ramón Ostos sincerar los precios de la gasolina, darle el valor internacional, y con esta medida pueden aumentar los sueldos y así tener calidad de vida, “y verán que los jóvenes regresan”.
La Nación