NOSOTROS| «LATINOAMERICA» Por Johnny Galue (@COOTUR)

EL FORO DE SAO PAULO  LOGRA SUS OBJETIVOS 

CONSTRUYE UNA SOCIEDAD DIVIDIDA Y VACÍA DE CONVICCIONES

Un porcentaje muy importante de la sociedad venezolana, ha perdido la capacidad de razonamiento, no piensa, ha perdido el pensamiento crítico,  no evalúa, no analiza lo que le ocultan. Se ha perdido, el control del pensamiento propio, del pensamiento crítico, renunciando, a la capacidad de análisis racional, y vienen actuando y deciden por razones viscerales.

Este sector de los venezolanos, ha renunciado de manera expresa a su condición de ciudadanos. Abandonan lo que ayer eran sus convicciones, tanto culturales como responsabilidades, para dar paso, a la disolución de lo político, donde el individualismo, es el  rey,  el mismo, que  maneja su existencia a la carta, estamos en una era de vacío total sin rumbo y sin destino seguro.

A lo que me refiero, es a la involución que ha creado esta conducta, individualista, la que ha construido, un vacío de convicciones, la misma, que reconoce y define mutaciones esenciales, que pronostica, que estamos alejados totalmente, de una rebelión social, como alejados del disentimiento, como consecuencia del individualismo.

Este análisis, se encuentra alejado de reproducción alguna, no es sino, la indiferencia pura de los venezolanos, que han, asumido nuevas actitudes, como la apatía,  la indiferencia, y la traición, como formas de conductas adoptadas e inducidas por el beneficio del individualismo, donde la seducción ha sustituido al principio de convicción de los venezolanos. Ayer, jueves 21 de Noviembre del 2019 lo verificamos, en el discurso presidencia a los cadetes de nuestras Fuerzas Armadas, el cual tiene un mensaje de fondo de mucha gravedad de fondo para esa Institución.

Es un nuevo intento por establecer, una nueva organización de la personalidad, para que el narcisismo imponga, nuevas relaciones sociales, para terminar de establecer actitudes e influenciadas, en ese placer que genera el poder, el cual se traducirá, en el ofrecimiento de comodidades, existenciales sin mayor esfuerzo que el de abandonar las convicciones y actitudes en el proceder, para que se abandone el pensamiento crítico y el análisis racional, siendo la inmediatez, la transformación última de sus manifestaciones, con lo cual, se pretende imponer, una nueva cultura  a los venezolanos,  es el nuevo estado, es precisamente la nueva era, la era del vacío, y la seducción, en las  sociedad venezolana. Es el  más importanteindividualismo, que profundiza mejor, el que llega más lejos en las descripciones, que impone un lenguaje, además, abundante de  gestos, es el crepúsculo,  del deber de la era del vacío, el imperio de lo efímero.

Hemos, sido testigos de la exitosa ascensión del populismo, al prometerles a los jóvenes cadetes de nuestras fuerzas armadas, que allí estaban, que eran ellos, los próximos presidentes y futuros ministros del País.  Frente a una élite que ignora sus auténticos intereses, en contra de sus convicciones, se recurrió a expresiones de equívocos, valores éticos para echar abajo sus verdaderas convicciones, de un pasado que amenaza ser perdido y la idea de honra y Moral que se le deben a la patria.

El objetivo, claro y preciso, canalizar el resentimiento, la amargura y la frustración, de jóvenes que suelen experimentar, esta crisis económica, frente a una creciente ola de escándalos de corrupción política y económica. Con el objetivo, de dar cuerpo, en el país,  del nuevo,  statu quo,  en nombre del pueblo y sus derechos, utilizando una retórica populista para sumar adeptos.

Con este declive, de las convicciones y el consenso  oficial y sectores de la oposición, por establecer un nuevo orden, el país, afronta, una sociedad cada vez más dividida sobre cuestiones morales y de organización social.

Se  esconden las verdaderas dificultades de la tolerancia y convivencia detrás de afirmaciones vagas del pluralismo, diversidad e inclusión, que parecen decir todo y nada a la vez. Reducen todo al imperativo casi religioso de incrementar el PIB a toda costa.

La pobreza del discurso ético es reforzada por una doctrina de lo políticamente correcto, que protege ciertas prácticas políticas y creencias morales en modo absoluto de cualquier crítica, con la excusa de que los que se oponen al progreso son consumidos por odio o que sus juicios son invalidados por prejuicios irracionales. Y aquí es donde entra el populismo, que finalmente pretende echar abajo los dogmas de lo políticamente correcto y hablar de modo cándido de los valores, preocupaciones y ansiedades de la gente.

El populismo ha triunfado, en el país,  una y otra vez (y sigue triunfando) porque nuestra cultura no está preparada para responder de manera inteligente y sensata al surgimiento de este fenómeno en su propio seno. No tenemos la costumbre de discutir con nuestros conciudadanos de modo abierto y matizado sobre los valores éticos. Por ende, no sabemos dar una respuesta ponderada y sincera a los discursos políticamente incorrectos y a veces extremistas del populista.

 

Johnny Galue / @COOTUR

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