Dos osos negros merodeaban en unos basureros cerca de una carretera en una zona boscosa de San Pedro (Nuevo León, México), cuando uno de ellos decidió acercarse a un grupo de personas que estaban cerca de unos autos aparcados.
El animal se aproximó a los visitantes con cuidado y tras mirar atentamente a los presentes, se detuvo detrás de una mujer, poniéndose a dos patas para conocerla mejor. La mujer se quedó inmóvil, pero el oso no mostraba ningún atisbo de agresividad: solo la olfateó y le tocó el pelo con las patas delanteras, como intentando acariciarla.
«Oh, ¡cosita!», exclamó una de las testigos del aparente intento del oso de hacer nuevos amigos. «¡Está acariciándole el pelo!», dijo otra, emocionada.
Al principio los medios mexicanos informaron de que el curioso suceso tuvo lugar en el parque ecológico Chipinque, pero la administración del parque afirmó que esto no ocurrió dentro de sus instalaciones. «De haber sucedido así, nuestro personal se encuentra preparado para evitar este tipo de situaciones ante la presencia de animales silvestres», escribieron en su cuenta de Facebook.
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